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TEATRO

Una novedad antigua

Esta nueva tendencia es de 1961, por fijar una fecha: la de El año pasado en Marienbad, de Resnais. La literatura de la mirada, el nouveau roman. Lo que un cuarto de siglo atrás era misterioso, estremecedor, drama impalpable, tiene ahora más aire de pretensión, de pedantería. ¡Con lo molesto que es siempre ver cómo se quiere asombrar con lo que ya dejó de asombrar hace mucho tiempo! Álvaro del Amo tiene un lenguaje terso y limpio, representa imágenes de tópico dobladas de una cierta ironía y a veces consigue efectos que laboriosamente busca, como el cuadro del 'Matrimonio a la deriva'. Habrá advertido, puesto que es la primera vez que estrena y por tanto que recibe la otra carga del teatro, la que emite el público, que en ése como en otros momentos en los que es más directo, casi costumbrista -aunque no renuncie a su contención ni a su estética-, se refleja en la sala. Salvo esos momentos, el desinterés cunde y se va hacia el aburrimiento. El reflejo del vacío tiene siempre ese riesgo: caer en el vacío.La no-acción se apoya mucho en la escenografía. Es un decorado vivo y protagonista, afortunadamente creado por Gerardo Vera sobre un doble fondo, una gasa de nubes y una orografía sólida, vivificado por la iluminación que no cesa un momento de cambiar -de Ángel Luis Fernández- y por algún artilugio. El vestuario, pálido en contraste con los colores del decorado, tiende a ayudar a esa fabricación del vacío, del desencanto, de la pérdida en sus pequeñas acciones de los personajes.

Geografía

Autor: Álvaro del Amo. Intérpretes: Emilio Gutiérrez Caba, Lola Mateo, Isabel Mestres, Marisa Paredes, Joaquín Hinojosa y Gabriel Llopart. Escenografía y vestuario: Gerardo Vera. Iluminación: Ángel Luis Fernández. Dirección: Guillermo Heras. Estreno, Sala Olimpia (Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas). Madrid, 16 de enero.

Heras ha dirigido todo con la misma impavidez y morosidad que el autor ha puesto en su texto y con el mismo sentido de hacer resaltar el tópico deliberado. Los actores son, felizmente, seres humanos, y esa humanidad trasciende aun a contratexto: Hinojosa da rasgos de vida y de angustia a sus varias acepciones, Emilio G. Caba busca el sentido de sus monólogos, Gabriel Llopart crea su personaje y Marisa Paredes encuentra maneras de transmitir su sensibilidad. Isabel Mestres y Lola Mateo forman parte de la escenografía con su belleza y sus trajes.

Una parte del público expresó su disconformidad ruidosamente al final de la obra, pero la mayoría aplaudió y reclamó la presencía en el escenario del autor y de sus colaboradores.

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