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Estados Unidos-URSS

Después del secreto de las conversaciones americano-soviéticas de Ginebra, asistimos a una vuelta de la disputa oratoria entre Estados Unidos y la URSS. Por el momento estos intercambios verbales no tienen consecuencias, pero no hay que disimular el riesgo que tendría, tanto para Moscú como para Washington, si se volviese a la diplomacia de los medios de comunicación.Ahora bien, parece que, por razones diferentes, las dos capitales aceptan a regañadientes la ley del silencio. ( ... )

Por otra parte, existen serias divergencias en el seno mismo de la Administración Reagan sobre la manera de apreciar los resultados de Ginebra y el contenido de las negociaciones sobre el desarme y el espacio.

Los dos clanes representados por Shultz y Weinberger no resisten a la tentación de hacer prevalecer públicamente el valor de sus tesis respectivas.

Por su parte, el Kremlin sigue desconfiando de las intenciones de la Casa Blanca sobre la guerra de las galaxias.

La reafirmación de la determinación americana de llevar a término los estudios y preparaciones del futuro armamento espacial ha incitado a los dirigentes soviéticos a intentar movilizar las opiniones públicas en Europa y en Asia. De ahí las declaraciones de Andrei Gromiko, seguidas de otras, claramente divergentes, de George Shultz y Gaspar Weinberger.

15 de enero

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