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Año de esperanza y pesadillas

Para todo el mundo, y a pesar de la profecía de Orwell, 1984 no resultó a fin de cuentas un año tan malo como se esperaba. Efectivamente, el año que ha pasado no estuvo exento de pesadillas: la sequía y el hambre en Africa, el terrorismo haciendo acto de presencia en todas partes, las guerras del golfo Pérsico, Centroamérica y Afganistán, la tragedia del gas en la India y el desempleo, en mayor o menor grado, presente en todo el mundo. Pero muchos de los problemas que a principios del año que se ha pasado parecían más acuciantes han perdido algo de su gravedad, aunque no haya todavía soluciones concretas. Así, las relaciones entre los dos hemisferios han mejorado de forma notoria. ( ... ) La próxima reunión, en Ginebra será un comienzo balbuceante de lo que acabamos de decir, y no arrojará resultados espectaculares de forma inmediata. Pero que esto ocurra justamente al año de que la Unión Soviética se hubiera retirado de todos los foros de negociación es un cambio importante y esperanzado .( ... ) El problema de la deuda de los países en vías de desarrollo, por otra parte, parece encaminarse, aunque con lentitud, hacia una solución. El importe de la deuda de estos países ha disminuido ligeramente en 1984. Incluso, con un coste realmente importante, algunos países, como México, han procurado reducir sus déficit mientras continuaban satisfaciendo sus deudas. El principal deudor, Brasil, se prepara para elegir a su primer presidente no militar desde hace 20 años.

Pero el cambio más importante que se ha producido en 1984 ha sido el ocurrido en China, de la mano asfixiante del comunismo ortodoxo. Este cambio, que venía produciéndose desde hace algunos años, ha recibido un fuerte impulso durante el pasado año.

Dado el alto nivel de los chinos y su fino olfato para los negocios ( ... ), una China liberada de las garras de la planificación central podría convertirse en un motor extraordinario del crecimiento de la economía mundial.

El caso de China ofrece un contraste penoso en relación con la política realizada por la Unión Soviética, desde el acceso al poder de Chernenko. Nada de experiencias ni siquiera se han llevado a cabo las reformas prometidas durante la etapa de Andropov. Todo parece indicar que se ha iniciado un retorno a los años adormecidos de la era Breznev.

( ... ) El problema del crecimiento demográfico sigue sin estar resuelto en la mayoría de los países pobres. Y el agua potable, alimentación adecuada y asistencia medica, ingredientes imprescindibles para una vida decorosa, siguen representando un sueño imposible para millones de seres humanos.

( ... ) En el momento en que 1984 cede su puesto al nuevo año, aquellos países que han disfrutado de un año razonablemente bueno deben comprender que no pueden, incluso en aras de su propio interés, descuidar más a los miserables de la tierra.

, 31 de diciembre

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