La tragedia lorquiana en la música
Como toda la obra poética y teatral de Federico García Lorca, la tragedia Yerma ha tenido respuestas musicales de muy variado carácter, que abarcan desde la simple musicalización del texto dramático a la sutil reverberación sinfónica de éste.Sin duda, los primeros pentagramas para la ilustración y el desarrollo musical de Yerma son las canciones recogidas y rehechas por el propio Federico García Lorca, quien,, como es sabido, gustó siempre de la compañía de los cancioneros impresos o de los cancioneros vivos en su oír, y anotar también, melodías de la voz de los pueblos.
Cuatro ilustraciones musicales incluyó Federico García Lorca en su Yerma original, transcritas por Gustavo- Pittaluga con la ayuda de Santiago Ontañón y de los hermanos del poeta: una nana, la Canción del pastor, la Seguidilla de las lavanderas, en el acto II, y el Coro de romería, que reproduce la melodía de Luys de Milán Quien amores ten (Cancionero de Pedrell, tomo 32, nº 47). La canción de cuna tiene valor sustantivo.
Dice bien Mario Hemández: "Adentra al espectador en la desbordada ternura que Yerma irá viendo cegarse en ella misma, cobrando así un valor premonitorio de primera importancia". (Hacia una definición de Yerma, Alianza Editorial, Madrid, 1981).
Posteriormente, otros compositores intervinieron en las ilustraciones musicales de Yerma, ciñéndose estrictamente a los planteamientos de Lorca o creando, con mayor libertad, músicas incidentales o de escena. El musicólogo ovetense Eduardo Martínez Torner preparó las ilustraciones para la Yerma grabada en la BBC los días 8 y 12 de noviembre de 1950. Joaquín Nin-Culmell, el hermano de Anaïs e hijo de Nin y Castellanos, trató Yerma en 1956, y el alemán Hans Ulsich Engelmann (Darmstadt, 1921) aportó la partitura ambiental al poema trágico en las representaciones del Nationaltheater de Mannheim, el año 1967.
Tres óperas
De tres óperas sobre Yerma tenemos noticia: la de Denis Apivor, la de Héitor Villalobos y la de Paul Bowles. Galés, nacido en 1916, Denis Apivor dedicó constante atención a lo español, y concretamente a García Lorca, sobre el que compuso un oratorio, Tamar y Amnón (1954), un ballet (Bodas de sangre, 1953), Seis canciones, para voz y guitarra (1945), y la ópera Yerma, estrenada en 1955 por el Sadler's Well y para la que tradujo y adaptó el libreto Montague Slater.
En 1956, el brasileño Heitor Villalobos compuso, sobre texto español, su ópera Yerma, que no se estrenó hasta el 18 de agosto de 1971, en la ópera de Santa Fe, Estado de Nuevo México (Estados Unidos). Fue coreógrafo José Limón (el primero que llevó a la escena la vida de Federico en un ballet) y pintó los decorados Giorgio de Chirico, corriendo la escena a cargo de Brasol Langton. La española Mirna Lacambra y la luego celebérrima Frederica von Stade cantaron los papeles principales de esta obra.
El polifacético Paul Bowles (Nueva York, 1911), muerto hace poco tiempo, presentó en la universidad de Denver su Yerma en julio de 1958, protagonizada por Libby Holman y Rose Bampton. Quince años antes, el novelista, compositor e infatigable viajero había ultimado una pequeña pieza teatral con. el nombre inglés de The wind remains (El viento sigue).
Quizá se debiera contar, para ser ejecutada en el próximo festival operístico, con la pieza de Villalobos, cuya partitura, al decir del crítico y musicólogo Bili Durming (Diário de Notícias, Río, 1971), "es música que merece ser repetida. La orquesta refuerza una línea vocal de estilo recitativo, tan brillante como los motivos folclorísticos del maestro brasileiro".
Los ballets de Leo Smith, con coreografía de Valerie Bettis; de Bruno Liberada (Viena, 1953), para tres percusionistas y electrónica, estrenado en 1978, y de Alan Hovhaness (Massachusetts, 1911), con coreografia de Marks, montado en septiembre de 1959 por el Ballet Contemporáneo de San Francisco, completa las realizaciones músicoescénicas de Yerma.
En el campo puramente musical destacan Abstracciones, desarrollo sinfónico de una idea relacionada con Yerma, del catalán Salvador Pueyo (Barcelona, 1935), estrenado en 1963 por la Orquesta Municipal, dirigida por Enrique Jordá, y Cuatro perfiles de Yerma, del granadino José García Román (Gabia Grande, 1945), escrita para su estreno en las conmemoraciones cincuentenarias en el concierto del día 27 en el Teatro Español. La identificación y el duende que unifica al poeta y al músico hacen de la nueva partitura para voces y orquesta reducida un mundo más que evocativo, prospectivo del drama lorquiano.
Babelia
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