Ni Caro Baroja ni Castillo Puche logran el sillón Y de la Real Academia

Ninguno de los dos candidatos a ocupar el sillón p de la Real Academia Española -el etnólogo Julio Caro Baroja y el novelista José Luis Castillo Puche- fueron elegidos anoche, al no obtener la mayoría necesaria en las tres votaciones sucesivas. El secretario perpetuo de la Academia de la Lengua, Alonso Zamora Vicente, informó que a la sesión de ayer asistieron veintiséis académicos, sobre un total de treinta y cuatro en ejercicio. Debían recibirse varios votos por correo, según dijo Zamora Vicente, pero sólo llegaron dos.De los académicos presentes, y en la tercera votación, José Luis Castillo Puche obtuvo 13 votos; Julio Caro Baroja recibió 11; y se produjeron 2 abstenciones. El candidato necesitaba 14 votos para ser elegido. Zamora Vicente no informó del desarrollo de las dos primeras votaciones. Anunció que el 24 de enero tendrá lugar, posiblemente, una nueva votación. El nuevo académico debe conseguir dos tercios de los votos de los miembros de la Academia en una primera votación, dos tercios de los presentes en la segunda y la mayoría simple en la tercera.

La candidatura de Julio Caro Baroja había sido presentada por los académicos Martín de Riquer, Rafael Lapesa y Manuel Alvar. La de Castillo Puche, por Carmen Conde, Gonzalo Torrente Ballester y Emilio Lorenzo.

Sobrino de Pío Baroja, Julio Caro Baroja tiene 70 años y el grueso de su obra está consagrado a estudios etnológicos, y en concreto a investigaciones sobre el pueblo vasco. Entre los cuarenta volúmenes que componen su obra figuran Los Baroja y El laberinto vasco. Caro Baroja reside entre Madrid y su casa de Itzea, en Vera de Bidasoa (Navarra), donde está su famosa biblioteca de 40.000 volúmenes.

José Luis Castillo Puche ha obtenido el Premio Nacional de Literatura en dos ocasiones: En 1958, por su obra Hicieron partes; y en 1982, por Conocerás el poso de la nada, que terminaba su Trilogía de la liberación. Con 65 años, Castillo Puche es profesor de Redacción en la Facultad de Ciencias de la Información de la universidad Complutense de Madrid. Su colega Juan García Hortelano le define como un existencialista católico.