El primer ministro irlandés intenta conseguir en París y Roma un compromiso de última hora sobre el problema del vino

El tema de la producción vinícola en los países de la CEE amenaza con convertirse en el principal obstáculo para la redacción del documento final comunitario que servirá de base en las negociaciones para la entrada de España y Portugal en el Mercado Común.En un intento contra reloj para llegar a un acuerdo antes del comienzo de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno comunitarios que comienza mañana en esta capital, el primer ministro irlandés, doctor Garret Fitzgerald, en su calidad de presidente de la Comunidad, se trasladó durante el fin de semana a París y Roma con el fin de convencer a franceses e italianos de la necesidad de llegar a un consenso político sobre la espinosa cuestión de los excedentes de vino. Fitzgerald, que regresó ayer a Dublín, se entrevistará a solas con el canciller alemán, Helmunt Kolh, el próximo lunes, con idénticos fines.

Si la cumbre no produce un acuerdo sobre el vino, la Comunidad se verá imposibilitada de redactar la oferta final para la ampliación del Mercado Común, lo que significaría que los dos países ibéricos no podrían ingresar en la fecha prevista de primero de enero de 1986. La próxima cumbre no se celebrará hasta marzo de 1985 y, según expertos comunitarios, sería prácticamente imposible traducir los acuerdos a todos los idiomas de los países miembros y conseguir la oportuna ratificación de los respectivos parlamentos en sólo nueve meses.

Sin embargo, según ha declarado a EL PAIS una alta fuente del Ministerio irlandés de Asuntos Exteriores, la presidencia de la Comunidad abriga la esperanza de que "las consideraciones políticas prevalezcan sobre las económicas". La citada fuente ha añadido que "la culpa no es de España ni de Portugal, sino de la Comunidad, que hasta ahora no ha sido capaz de lograr un acuerdo sobre el tema".

Irlanda está haciendo todo lo posible para conseguir un acuerdo que allane los obstáculos para la ampliación del Mercado Común. Lo que pasa, ha explicado la citada fuente, es que, "como es lógico, todos los problemas gordos se dejan para el final".

La Comunidad ha sido incapaz hasta el momento de llevar a la práctica los acuerdos de Fontainebleau, que preveían una reducción de la producción vinícola de los países miembros antes de proceder a la ampliación.

Casi acuerdo con España

Fuentes irlandesas han informado que los ministros de Asuntos Exteriores de los países comunitarios estuvieron a punto de alcanzar un acuerdo para la negociación con España el pasado lunes. Pero el resultado final, añadieron las fuentes, fue que las posiciones partidistas sobre el vino por parte de algunos miembros hicieron el acuerdo imposible el miércoles. Según estas fuentes, los otros dos grandes temas de la negociación con España, la pesca y los productos agrícolas, están prácticamente resueltos desde el punto de vista de la Comunidad. El acuerdo sobre lo que ofrecerá a España en esos dos puntos está conseguido, pero mientras no se alcance un consenso sobre el tema del vino "no podremos redactar la oferta final".

En el tema de la pesca, siempre según las fuentes irlandesas, la Comunidad ofrecerá a España un período de transición de diez años para que la flota española pueda tener acceso a los caladeros del Mercado Común. "Pero está previsto que a los ocho años la Comunidad, de la que España ya será miembro, decida sobre la conveniencia de acortar dicho plazo".

En todo caso, en opinión de expertos del Mercado Común, la cumbre de Dublín va a estar dominada por el tema de la entrada de España y Portugal. Fuentes comunitarias han manifestado que un nuevo retraso en la fecha de adhesión podría tener "profundas consecuencias políticas" en España y Portugal. Según estas fuentes, "el impacto psicológico en las opiniones públicas española y portuguesa podría ser muy grave".