La elipse
19 lunes"Señores Francisco Umbral y Charo López: quiero agradecerles a ambos por estos hermosos 10 minutos de magia que me acaban de brindar". Sigue la larga carta y firma Jorge A. Winiar, desde Bruselas. Tengo que reenviarle esto a Charo. Carta de Pedro Almodávar: "Querido Paco, tengo un problema cuando escribes algo sobre mí, que no sé si te gusto (lo que hago) o no". Larga carta glosando mi glosa a su último filme. Pedro ha inventado el cine/comic, hecho más de gags que de argumento, como el de los Marx Brothers, y no debe desviarse hacia el costumbrismo, el neorrealismo ni el argumentalismo. Carta del marqués de Bradomín agradeciendo mi glosa a la obra teatral más importante del siglo XX español, Luces de bohemia. Cita con Virginia Mataix. Cena/homenaje que me anuncian los policías "progres" (lo cual no quiere decir que no sean progreg todos los policías). Manuel Leguineche, condecorado con uno de los premios periodísticos al uso. Es un genio que se obstina en andar suelto. Aprendí mucho de él cuando él jugaba a aprender de mí. El embajador de la República Socialista Federativa de Yugoslavia, Berislav Badurina, me invita a copa/Ritz. Los zancos, de Saura/ Fernán Gómez. Le quitaron muchos metros de peli, por exceso de duración, y se nota. Ha quedado un esbozo de gran película. Laura del Sol, fatal. Las intelectualillas progres que se enamoran de maduro no usan esos grandes sostenes negros. Bernarda Alba, por Plaza, en el Español. Es el drama mayor de Lorca y ha tenido múltiples versiones: Plaza ha optado por la realista y minuciosa. La Prendes está mal elegida, porque la Poncia no es graciosa. Berta Riaza, gran actriz, no da el tipo de Bernarda físicamente. De entre las hijas, la mejor, Enriqueta Carballeira, una actriz forjada por Plaza.
20 martes
Noveno aniversario de la muerte del general Franco Bahamonde. La manifestación con capa del domingo había sido, de alguna forma, la puesta en pie de la última leva involuntariamente franquista, un homenaje previo/póstumo al muerto/portada, al cover/cadáver de La Revista. Uno incluso se pregunta si, puesto que la "vida" del general dependía de un enchufe, no se decidió precisamente desenchufar el 20/nov., fecha ya cargada de plomo histórico, día en que se fusilaba en Alicante al joven fascista español Primo de Rivera. Sea como fuere, la celebración del décimo aniversario de la muerte de un hombre ha sido este año sensacionalista, confusa y hasta puede que penal. Alguien ha difundido las fotos en que el general era ya una momia galvanizada -o ni eso- por una máquina. Esto ha movido gran escandalera. A uno le recuerda aquello que pasó con la agonía de Pío XII, el último Papa carismático del siglo, "nuestro" Papa, cuando empezaron a difundirse noticias de sus postreras miserias físicas, que no espirituales (las espirituales las difundió mi genial y difunto amigo Peter Weiss). La Prensa censurada de entonces dijo que aquello era una desvergüenza, como si un Papa, aunque sea santo (y Pío XII no lo era: lo digo sólo por que no está canonizado, ni lleva vías), no tuviera charcutería divinal por dentro. Las fotos del general Franco Bahamonde parece que las hizo su yemo, el señor Martínez-Bordiú. Por vías voluntarias o involuntarias, se hacen públicas nueve años más tarde, en torno a este 20/nov., martes. No veo aquí más que un acontecimiento informativo de segundo orden. Dice Starobinski, glosando la lingüística del gran Leo Spitzer, que Spitzer siempre buscó el hombre vivo, la palabra viva, más allá de las ciencias del lenguaje. Toda información, gráfica o escrita, tiene este deber. Escandalizar se por esto es faraonizar de nuevo a un muerto ya desfaraonizado.
22 jueves
Antonio Asensio en el Siglo XXI: "La comunicación ha de ser siempre un negocio rentable". "La independencia no debe confundirse con la arrogancia y mucho menos con la insensatez". "Las maravillas tecnológicas no pueden hacemos olvidar una pieza siempre fundamental en las empresas informativas: el hombre".
24 sábado
La derecha, que siempre se está sacando cosas, ahora se ha sacado lo de la "revolución conservadora". Es lo que hay en el mundo, es lo que hay en España y es lo que Reagan ha vendido a sus electores. Aquí, los de la revolución conservadora (infinita nostalgia de la derecha por la izquierda y sus palabras), se nutren de la casa sepia, creen que el Flick va a ser el crepúsculo de las ideologías, cuando la verdad es que a un partidario le parece bien todo lo que engorde su partido, aunque sea "una puta, al hombro", como decía el fraile del convento. Se ríen con humoristas que han perdido la gracia o nunca la tuvieron, van en peugeot talbot, como vamos todos, y trabajan con telexmaster. La revolución conservadora, que es lo que ahora mola y truca en España, consiste en esterar la casa con alfombras de Afganistán, "para que vean que somos rojos", mandar a los niños a aprender karate, "por si acaso", criticar la reconversión industrial como si fuera una cosa de izquierdas, cuando en el mundo es de derechas, afirmar que Méjico es un modelo de democracia importable, con mariachis y todo, creer que los socialistas que huyen de la URSS no son socialistas, jugar al bingo en dólares, teñirse las canas, cazar con los descendientes del señor Rhodes (en Rhodesia, claro) y comentar en todas las cenas que la reconversión de Sol en zona peatonal "colapsa Madrid", que suena como si a Madrid le pisasen la cola.
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