Boyer asegura que la reforma de la Seguridad Social será propuesta al Parlamento a principios del año próximo

El ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, aseguró anoche que la reforma de la Seguridad Social podrá ser discutida por el Congreso de los Diputados en los primeros meses del año próximo. En tanto se discute, en círculos gubernamentales y económicos, si una medida como ésta será conveniente antes de las elecciones, el anuncio constituyó la principal novedad del primer día de debate de los Presupuestos Generales del Estado para 1985. En el comienzo de la discusión en el Pleno de las enmiendas a la totalidad presentadas por la oposición, Manuel Fraga, acusó al Gobierno de haber "devaluado" el debate.

Manuel Fraga, en nombre del Grupo Popular, acusó también al Gobierno de interrumpir el saneamiento económico por la perspectiva electoral.Durante hora y media, Miguel Boyer repitió la serie de datos y conceptos que trascendieron a la opinión pública con motivo de la firma del Acuerdo Económico y Social (AES). Las negociaciones con ayuntamientos y autonomías de las transferencias que recibirán en 1985 del Estado, la entrada del proyecto, de ley de Presupuestos en las Cortes y, por último, la sesión parlamentaria sobre el estado de la nación. Como colofón dijo que, cuanto más duras son las medidas requeridas por la situación económica, más imprescindible se hace contar con una base amplia de respaldo para completar con éxitos en lo económico, la modernización de lo político.

Problemas pendientes

Su anuncio de una "reforma de la Seguridad Social que esta Cámara podrá discutir los primeros meses del año próximo", sin más ampliación ni solicitudes de ello, fue incluido dentro del repaso de problemas pendientes: sustituir la revisible debilidad del impulso económico exterior (las exportaciones) por un aumento del consumo y de la demanda interna, reducir el déficit público con actuaciones en los gastos que lo hacen estructural (saneamiento del Instituto Nacional de Industria, cierre de líneas de Renfe y reforma de la Seguridad Social), relanzamiento de la inversión privada basado en todo ello y en lo ya conseguido, y como resultado de esto quebrar también la tendencia a la destrucción de empleo.

Anticipándose al eje básico de todas las enmiendas a la totalidad -el Gobierno no ha generado empleo y los presupuestos no contribuirán a ello- Boyer manifestó que "esta es la última variable que reacciona en todos los países".

Recordó también el ministro de Hacienda que la Administración de Ronald Reagan elevó durante sus dos primeros años de mandato la tasa de paro norteamericana del 7,2% al 10% y luego pudo bajarla al 7,1% en los dos últimos, mientras el Gobierno conservador británico la incrementá del 7% al 13%.

Boyer se mostró satisfecho por el saneamiento exterior, la reducción de precios y la recuperación de los grupos empresariales privados y advirtió que "una política monetaria más lasa, con salarios por encima de lo que pueden las empresas, relanzaría la inflación", cuyas tensiones futuras por la entrada de España en la CEE (vía precios agrícolas e impuestos sobre el Valor Añadido) "deben ser contrarrestadas".