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Galardón para un creador de la 'primavera de Praga'

El poeta checo Jaroslav Seifert gana el Nobel de Literatura "por su imagen liberadora de la humanidad indomable y diversa"

"Estoy muy feliz y conmovido". Éstas fueron las únicas palabras pronunciadas ayer por Jaroslav Seifert, poeta checo de 83 años, al saber que había sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura 1984. El poeta se encuentra internado en un hospital de Praga desde el pasado jueves a consecuencia del tercer infarto de corazón sufrido en los dos últimos años. La Academia Sueca fundamentó su decisión en que Seifert, "con su poesía de una sensualidad ardiente y gran riqueza de invención,, da una imagen liberadora de la humanidad indomable y diversa".

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'Toda la belleza del mundo'

La noticia del premio le fue comunicada al poeta por el embajador de Suecia en Praga. Éste declaró a los periodistas que el autor galardonado le había dicho que no pensaba viajar a Estocolmo ni sabía lo que iba a hacer con el millón y medio de coronas (unos 30 millones de pesetas) que le corresponden con el premio. El poeta se negó a recibir la visita de su mujer, en contra de las pretensiones de los diplomáticos que acudieron al hospital.Cuando apenas había pasado un minuto de la hora señalada para el anuncio, el secretario permanente y miembro de la academia se abrió paso trabajosamente desde su despacho a la sala donde aguardaban apretujados periodistas, cámaras de televisión y figuras del mundo cultural sueco, y pronunció el nombre del escritor.

La elección de Seifert no produjo mayor impacto en los medios culturales suecos, donde su obra es todavía poco conocida, pese a que su primer libro data de 1920. Seifert no había sido nombrado en los últimos años entre los posibles receptores del Premio Nobel, pero la aparición de su nombre ayer en un matutino de Estocolmo como posible ganador lo había colocado en el último momento en un lugar preferente entre los candidatos. En Suecia existe solamente una obra suya traducida: Monumento a la peste, que en 1982 dio a conocer una pequeña editorial en una modesta edición. Pero varias de sus obras han sido traducidas al inglés, francés y alemán, entre otras lenguas.

Producción profusa

La producción literaria de Seifert es profusa y, al parecer, mantiene pese a sus años una fresca vi talidad creadora. Su último libro, Toda la belleza del mundo, fue editado en Colonia (Alemania) y en Praga en 1983. Una treintena de libros de poesía y algunas incursiones en la prosa, tras haber trabajado como periodista hasta los años cincuenta, han hecho de Seifert uno de los poetas más relevantes de su país. Su iniciación en las letras data de los años veinte, con Ciudad en lágrimas.

En sus comienzos estuvo influido por la poesía popular, el marxismo y el arte revolucionario soviético. Después de algunos contactos con el modernismo francés y el dadaísmo se vinculó a un grupo de poetas políticamente radicales pero que postulaban la libertad de la imaginación y rechazaban el llamado realismo socialista. Su obra Bajo las ondas de la radio es la más representativa de esa poesía pura.

La evolución política de Seifert muestra un progresivo distanciamiento del sistema comunista, que se acentuó luego de una visita a la Unión Soviética en 1925, unos años apenas después del triunfo de la revolución. Tras la ruptura con el partido, se aproximó a los movimientos socialdemócratas, lo que le fue reprochado por sus antiguos camaradas.

Durante los años treinta publicó una obra de tendencia clásica: La manzana de tu regazo, considerada una obra cumbre de la poesía checa. Cuando la ocupación alemana de su país a fines de los años treinta puso en peligro la existencia nacional, Seifert dio cabida en su obra a los temas patrióticos. En 1937 escribió Ocho días, que constituye un homenaje al fundador de Checoslovaquia, Jan Masaryk, después de su muerte y que se reeditó seis veces en un año. Tras la toma del poder por los comuninastas en su país escribió El canto de Viktoria en 1950, lo que le valió ser acusado de traición y lo indujo a adoptar una línea de poesía no comprometida aunque igualmente de mucho éxito.

Artista nacional

La reacción oficial del régimen checoslovaco ante el premio a un creador afín a los círculos disidentes consistió en recordar, a través de la agencia oficial CTK, que Seifert ha recibido numerosos premios en su propio país. Entre estos galardones nacionales señalan el premio estatal Klemens Gottwald, que le fue concedido en dos ocasiones, así como la más alta distinción artística del régimen: el título de Artista Nacional.

Seifert, rehabilitado en los últimos tiempos, recibió una felicitación del jefe del estado con motivo de su 80 cumpleaños. Este gesto fue interpretado como que el régimen volvía a considerarle aceptable. La agencia oficial checoslovaca recuerda también que últimamente Seifert ha publicado en su propio país varias antologías.

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