'Toda la belleza del mundo'
Toda la belleza del mundo es uno de los pocos poemas traducidos al castellano de Jaroslav Seifert, el escritor checoslovaco galardonado ayer con el Premio Nobel de Literatura, del que no se ha editado ninguna obra en España.El poema Toda la belleza del mundo, distribuido ayer por la agencia Efe, no ha sido publicado, aunque sí traducido por Clara Janés, quien prepara una antología de poetas checoslovacos en la que está incluido Seifert.
El poema dice así: "De noche, cuando las nubes negras de las calles resplandecen de luces, / qué hermosas son las bailarinas de los carteles entre las letras. / Bajo, muy bajo descienden como palomas los aeroplanos, y borracho entre las flores queda solo el poeta. / Poeta, mueres con las estrellas, mústiate con las flores, ya nadie languidece hoy en pos de ti; / a tu arte y tu gloria les queda ya bien poco, / pues parecen flores de cementerios, / y los aviones que hacia los astros se precipitan / cantan en tu lugar canciones de metálicos ritmos, / y son hermosos, como más bellos, aún, que las flores de los parterres, / por la calle y encima de las casas, son las multicolores flores eléctricas. / Para nuestros poemas hemos hallado bellezas completamente nuevas. / Antes de consumirte, luna, isla de vanos sueños, límpiate las narices. / Callaos, violines, y suenen las bocinas de los automóviles, / que el hombre en una encrucijada pueda soñar aún. / Aeroplanos, cantad como ruiseñores la canción de la noche: bailarinas, bailad en los carteles entre las letras negras. / El sol se ha extinguido, pero desde lo alto de las torres los reflectores pasean por las calles las llamas de un nuevo día. / Las estrellas fugaces se enganchan en las construcciones metálicas de las azoteas: / ante la pantalla del cine soñamos hoy nuestros mejores sueños, / el ingeniero construye puentes en la inmensa estepa rusa y los trenes pueden marchar muy alto por encima del agua, / y sobre los tejados de los rascacielos, cuando las luces brillan, / nos paseamos sin pensar ni un instante en los poemas, / y como el rosario de nudos entre los dedos para la oración / escala el ascensor los pisos cientos de veces al día, / y allá arriba ante ti ves toda la belleza del mundo: / y todo lo que era arte sagrado aún ayer / se transforma de pronto en cosa simple y real / y los más bellos cuadros de hoy no los ha pintado nadie. / La calle es una flauta que toca todo el día su canción amante, / y por encima de la ciudad, alto hasta las estrellas, se remonta el avión. / Así pues, adiós, dejadnos partir, bellezas imaginarias; / a lo lejos, la fragata se hace mar adentro. / Musas, soltad tristemente vuestros cabellos; / ha muerto el arte, el mundo, sin él, vive: / es un hecho que no se puede negar, / pues incluso esta pequeña mariposa, nacida de una oruga, alimentada con libros de poemas, que se eleva hacia el sol, / tiene razón, en contra de los versos del poeta reunidos en un libro".
Babelia
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