EE UU-URSS
En el editorial de EL PAÍS del pasado 18 de septiembre, en el que se comentaban las previstas reuniones del ministro de Asuntos Exteriores de la URSS, Andrei Gromiko, con dirigentes norteamericanos, se reflejaba, en cierta medida, una opinión -que, por otra parte, es mantenida por muchas personas en Occidente- de considerar que tanto Moscú como Washington son responsables en igual medida por la falta de diálogo serio entre ambos, y por el deterioro de las relaciones soviético-norteamericanas.Pienso que no hay motivo para mantener esa opinión respecto a Moscú. Por el contrario, la experiencia ofrece pruebas evidentes de que la actual Administración norteamericana nunca ha mostrado intención de dialogar, a pesar de haber hablado de ello.
Reagan ha sido el primer presidente en la historia norteamericana durante cuyo mandato no se ha firmado ni un solo acuerdo en temas de importancia y, en particular, en el campo del control de armamentos. Ha estimulado a que no se ratifique el acuerdo SALT 2. Ha empleado con relación a la URSS una retórica áspera en extremo y hasta insultante, llevando una línea de confrontación e intento de lograr una superioridad nuclear. Con la actual Administración, en EE UU se empezó a hablar de una guerra nuclear limitada, de golpes de advertencia; ha comenzado el emplazamiento en Europa de nuevos misiles nucleares de primer orden y se ha dado la aprobación a los programas de las llamadas "guerras de las estrellas".
Por la otra parte, la Unión Soviética ha propuesto en múltiples ocasiones a Estados Unidos dialogar sobre los problemas políticos más importantes de cuya solución depende el destino del mundo. Pero nunca ha escuchado una respuesta positiva.
La URSS se basa en que unas conversaciones serias y con resultados son posibles si se cumple estrictamente el principio de igualdad e igual seguridad de las partes. La renuncia de Washington a este principio ha impedido, al igual que en Ginebra, que se materialice esta propuesta soviética.
Teniendo en cuenta la enorme responsabilidad de ambos países por el futuro del mundo, la Unión Soviética está dispuesta a colaborar con cada Administración norteamericana, eliminando prejuicios y desarrollando una colaboración de provecho e igualdad mutuos.-
. Periodista soviético. .
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