Centroamérica, tráfico de drogas y deuda exterior fueron los temas dominantes en la 'cumbre' celebrada ayer en Quito

En torno a un desayuno, ofrecido por el presidente de Colombia, Belisario Betancur, se reunieron ayer en un hotel de la capital de Ecuador los presidentes de Argentina, Raúl Alfonsín; de Venezuela, Jaime Lusinchi; de Bolivia, Hernán Siles Zuazo; de Ecuador, León Febres Cordero, así como el miembro de la Junta de Gobierno de Nicaragua Sergio Ramírez, el vicepresidente de Estados Unidos, George Bush; el vicepresidente de Panamá, Carlos Ozores, y el presidente del Senado de Perú, Manuel Ulloa. Los temas centrales del encuentro fueron Centroamérica , el tráfico de droga y la deuda exterior.

En la reunión, calificada de informal y cordial por los asistentes, se abordó el problema del tráfico de drogas, la deuda externa, la crisis centroamericana y la gestión del grupo de Contadora en la región, según informó el presidente Betancur, que actuó como portavoz del encuentro. Sergio Ramírez manifestó a la salida del desayuno que Nicaragua es el primer interesado en lograr la paz en Centroamérica. Declaró que estamos dispuestos a suscribir un acuerdo de paz elaborado por el grupo de Contadora".

Por su parte, el vicepresidente norteamericano, George Bush, eludió formular declaraciones sobre Centroamérica y señaló a los periodistas presentes, reservándose sus manifestaciones para una posterior conferencia de Prensa, convocada para anoche (madrugada en España).

Raúl Alfonsín se limitó, también a la salida de la reunión, a informar que se conversó sobre el problema de las drogas, "que nos preocupa a todos los Gobiernos". Sin embargo, el primer mandatario argentino fue más explícito en sus declaraciones en una conferencia de Prensa que concedió la víspera, en la que señaló que espera que en breve término se logre firmar un acuerdo con Chile sobre el conflicto que mantienen ambos países por el canal de Beagle. "Pero no sólo debemos suscribirán acuerdo sobre Beagle con Chile, sino que debemos llegar a una integración económica con el hermano país chileno, concediéndonos, por ejemplo, permisos de salida mutuos al oceáno Atlántico y al Pacífico", subrayó. En relación a la consolidación democrática en su país, Alfonsín aseguró que Ia democracia argentina no peligra". "Prometí en la campaña electoral que la democracia iba a durar 100 años, y así va a ser", enfatizó. Refiriéndose a la extradición solicitada por su Gobierno contra el secretario general del Movimiento Peronista Montonero, Mario Firmenich, dijo que ello no constituye ninguna violación de los derechos humanos, porque Argentina se mueve ahora en el marco de un Estado de derecho. Culpó a la política económica neoliberal del régimen militar que gobernó su país desde 1976 hasta el año pasado de ser la culpable de la abultada deuda externa de Argentina, que se sitúa alrededor de los 45.000 millones de dólares (7,2 billones de pesetas). "Además, los créditos externos no se utilizaron para capitalizar, sino para importaciones de productos que antes fabricábamos en el país", señaló.

Deuda exterior

El presidente colombiano dijo que la conversación mantenida sostenida constituía un respaldo de las recomendaciones realizadas en la última reunión de cancilleres del grupo de Contadora (formado por Venezuela, México, Colombia y Panamá).En relación al problema de la deuda externa de América Latina, situada por encima de los 350.000 millones de dólares (56 billones de pesetas), se trató de los mecanismos acordados en la reunión de Cartagena, el pasado mes de julio, para que los "países latinoamericanos puedan pagar sus deudas sin detener el proceso de desarrollo", señaló. También se habló, según Betancur, de "un problema que es común denominador en nuestros países: el tráfico de drogas". En opinión del primer mandatario de Colombia, se ha constituido "una multinacional de la droga, que actúa con los mismos intereses en distintos países"; por ello, consideró que hay que buscar también respuestas multinacionales. "Ya se han producido acuerdos bilaterales entre varios países, ahora se trata de buscar homologaciones entre los Estados que deben estar engranadas con la volunt ad polítíca del gran mercado de la droga, que es Estados Unidos", subrayó Betancur.

Todos estos mandatarios asistieron en Quito a los actos de toma de posesión del nuevo presidente ecuatoriano, el conservador León Febres Cordero, que sucede al democristiano Osvaldo Hurtado. El acto del relevo presidencial estuvo rodeado de una gran tensión, ya que el presidente saliente, Hurtado, ni dirigió la mirada ni estrechó la mano de su sucesor. Febres Cordero, en su primer mensaje a la nación, lanzó un furibundo ataque a la anterior Administración, en presencia del propio Hurtado. El público que abarrotaba el Congreso interrumpió diversas veces el discurso de Febres Cordero, así como el del presidente del Congreso, para lanzar insultos al anterior Gobierno y proferir gritos de apoyo al nuevo gobernante, todo ello en una ceremonia más parecida a un mercado de pueblo que a una transmisión presidencial, con cuatro presidentes latinoamericanos como testigos.