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El estreno de 'Teledeum', de Els Joglars, fue precedido en Burgos por un acto religioso de desagravio al Santísimo

Alfonso Armada

ENVIADO ESPECIAL, La celebración de un acto de desagravio al Santísimo, en el que participaron cerca de 1.000 personas, y una discreta presencia policial en el polideportivo dell instituto Cardenal Upez de Mendoza eran las únicas notas que precedieron ayer en Burgos al discutido estreno de la obra Teledeum, por el grupo catalán Els Joglars. Todas las localidades para la representación, cerca de 1.700, se habían vendido ya en la mañana de ayer. El espectáculo se inició con cierto retraso y los asistentes tuvieron que soportar la fría temperatura de la noche. El servicio de orden, en su mayoría formado por jóvenes punk, no tuvo que intervenir en ningun momento.

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La agrupación Apostolado Seglar de Burgos (ASB) celebró ayer un acto de desagravio al Santísimo, en la iglesia parroquial de San Cosme y San Damián, al que asistieron cerca de 1.000 personas. Cuatro sacerdotes concelebraron una misa que, en palabras de un miembro del ASB que se dirigió a los participantes, se había organizado "para ofrecerla a Dios Padre y desagraviarle de todas las injurias de tina mal entendida libertad de expresión". El mismo miembro calificó al espectáculo Teledéum de "diabólico, por burlarse del misterio de la Eucaristía".Con media hora de retraso sobre el horario previsto, los componentes de Els Joglars iniciaron su actuación en un recinto al aire libre completamente lleno. La única nota destacable fue el intenso frío, que obligó a muchos asistentes a cubrirse con mantas.

Por la mañana, dos agentes de la Policía Nacional vigilaban la descarga y la instalación del escenario para la función en el patio del instituto López de Mendoza.

Jaume Cullell y Jesús Agulet, portavoces del grupo catalán, manifestaron encontrarse bien de ánimos, a pesar de la contestación suscitada en la ciudad. El arzobispado de Burgos hizo público esta semana un comunicado en el que mencionaba "haber elevado la queja oportuna a la autoridad provincial, solicitando de la misma la supresión de la representación teatral de Teledéum". La petición encontró eco en el Ayuntamiento burgalés, cuyo alcalde, Muñoz Guillén, del grupo popular, negó cualquier espacio urbano o institucional para la representación. El empresario del teatro Avenida rescindió el contrato con la Junta de Castilla y León -de mayoría socialista-, que había contratado el teatro para Els Joglars dentro de su programación cultural Estival-84, diciendo que cerraba las puertas del mismo "por la inmoralidad de la cosa".

La asociación de padres de alumnos del inátituto López de Mendoza hizo público un comunicado subrayando su malestar porque sea el centro donde se forman sus hijos el que haya, tenido que acoger a Teledeum, haciendo ver su temor de que la representación pudiera poner en entredicho la buena imagen que tradicionalmente tiene el centro.

Albert Boadella, que no asistirá a la representación -imparte en la actualidad un curso de verano en Rubí-, reveló que cuando pensaron y montaron la obra, aparte de no albergar ningún sentimiento ofensivo, creían que "el país estaba maduro para una cosa así".

Situación "kafkiana"

A los, miembros de Els Joglars les parecía "casi kafkiana", la situación. "Es absurdo que la Junta de Castilla y León tenga en Burgos que acudir al Ayuntamiento de Valladolid para conseguir una plataforma, sillas, vallas, etcétera, y que tengan que recurrir a un polideportivo porque le niegan plazas, locales, etcétera", precisó el actor Jaume Cullell.Partidos políticos, desde el Movimiento Comunista hasta el Centro Democrático y Social, pasando por el PSOE, y sindicatos lanzaron un manifiesto señalando que "no permaneceremos impasibles ante esta nueva arremetida contra la libertad de expresión".

La polémica suscitada ha hecho recordar a muchas personas una situación parecida ocurrida hace más de 30 años, cuando el arzobispo que por entonces regía la diócesis burgalesa prohibió a sus fieles la asistencia a la película Gilda, de la famosa Rita Hayworth, informa La situación no es la misma, por supuesta, porque entre otras cosas en este caso la nota del arzobispado indicaba únicamente a los fieles los supuestos peligros del espectáculo.

Desde que en Burgos se tuvieron noticias de la presunta actuación de Eis Joglars, algunos sectores de la población ya intuían que se iba a organizar una cierta polémica, aunque tal vez no tanta como la que ha habido. Burgos es una ciudad donde los sentimientos religiosos tienen un fuerte arraigo, y es una ciudad de orden, como a muchos ciudadanos les gusta definirla.

La idea predominante de. la moral tiende a implantarse en todas las actividades, y así aquí no resulta extraño que hace unos meses una entidad de ahorros quitase de su sala de exposiciones, poco antes de la inauguración, un cuadro que representaba un desnudo femenino.

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