Alemania Occidental recomienda no consumir la marca española de espárragos que ha producido intoxicaciones en Francia

El ministerio de Sanidad de la República Federal de Alemania se sumó ayer a la decisión de las autoridades sanitarias francesas y recomendó a los ciudadanos de la RFA que se abstengan de comer espárragos españoles en conserva de las marcas García y Acopasa. Casi al mismo tiempo, el Instituto Pasteur, de París, confirmaba, tras una repetición de análisis de muestras, que al menos una partida de espárragos de las citadas marcas estaban afectadas de botulismo. En estos momentos, en Francia continúan hospitalizadas seis personas a consecuencia de esta intoxicación, mientras que las autoridades sanitarias de París y Madrid están siguiendo "estrecha y amistosamente" la situación creada.

El Ministerio de Sanidad español no ha facilitado hasta ahora ninguna información oficial sobre la contaminación de las conservas. EL PAIS intentó en la tarde de ayer entrar en contacto con algún responsable del Ministerio de Sanidad sin conseguirlo. Por su parte, un portavoz de la Secretaría de Estado de Comercio dijo a este periódico que "no hay ningún problema y las exportaciones de espárragos no van a sufrir ningún retroceso". Y añadió que los espárragos españoles no podían producir botulismo, ya que no se había registrado ninguna muerte, y que debía tratarse de alguna lata en mal estado. El mismo portavoz anunció la próxima visita de dos técnicos franceses a las fábricas navarras, para comprobar que se cumplen todas las condiciones higiénico- sanitarias exigidas en la Comunidad Económica Europea.A última hora de ayer, informa desde París Feliciano Fidalgo, el Instituto Pasteur confirmó como positivos sus análisis de muestra. El Ministerio del Consumo de Francia ha prohibido "momentáneamente" la venta de todos los espárragos procedentes de España, aunque un portavoz oficial insistió en la colaboración estrecha que se ha establecido entre las administraciones de los dos países para clarificar el asunto".

La intoxicación, que ha alcanzado en la opinión pública francesa proporciones sensacionalistas, se ha desarrollado en dos etapas. La primera se conoció el pasado 13 de julio: dos personas, en Compiegne, no lejos de París, acusaron los efectos del botulismo por haber comido espárragos Beaumont, que es el nombre con que la distribuidora francesa comercializa los espárragos navarros citados. Una semana después, en Normandía, en el pueblo de Trouville, tres personas de la misma familia sufrieron síntomas similares; en este caso, los espárragos eran de la marca Picnic, también de origen navarro.

El Ministerio del Consumo francés intentó establecer si se trataba de espárragos procedentes de dos fábricas distintas, pero como no consiguió aclararlo con la celeridad que el caso requería, publicó un comunicado en el que prohibía, de momento, la venta en Francia de los espárragos de todas las marcas procedentes de España.

El Gobierno de Navarra y la Asociación Regional de Conservas Vegetales de Aragón, Navarra y La Rioja (CONSEBRO), han declinado hacer cualquier declaración en torno a la decisión de las autoridades sanitarias francesas recomendando que no se consuman espárragos españoles hasta que no se conozcan oficialmente los análisis de las muestras de este producto, causantes de las supuestas intoxicaciones por botulismo, según informa desde Pamplona Carmelo C. Ridruejo. La medida contra los espárragos enlatados procedentes de España, puede tener graves repercusiones en las 144 industrias conserveras de estas tres regiones en las que actualmente trabajan unas 10.000 personas.

Representantes del Gobierno de Navarra y de CONSEBRO (asociación que agrupa a todas las industrias conserveras de Aragón, Navarra y La Rioja), han mantenido en los últimos días diversas reuniones con objeto de analizar la situación creada tras la intoxicación, al parecer, por botulismo, de cuatro personas de una misma familia, al ingerir espárragos enlatados bajo la marca Acopasa (Agrícola Conservera Pamplonesa, S.A.), una conservera navarro-aragonesa.