Un centenar de personas despidió al escritor Angel María de Lera
El escritor Ángel María de Lera, que falleció en la madrugada del lunes, fue enterrado ayer en el cementerio civil de Madrid, con la presencia de cerca de un centenar de personas. A la capilla ardiente, instalada en el hospital Provincial, acudió el embajador de la Unión Soviética en España, Yuri Dubinin, quien manifestó que la muerte del autor de Los clarines del miedo era "una pena; ha contribuido al desarrollo de las relaciones entre los escritores españoles y soviéticos". Alfonso Guerra remitió un telegrama de pésame y Jaime Salinas, director general del Libro, formó parte del cortejo fúnebre en representación del Gobierno.
Poco después de la una de la tarde de ayer, martes, fue inhumado en una ceremonia sencilla, en el cementerio civil de Madrid, Ángel María de Lera, que falleció de una metástasis ósea en el hospital Provincial, donde estuvo instalada la capilla ardiente desde las 10 de la mañana. Varias coronas de flores fueron remitidas al velatorio del centro hospitalario firmadas por la Asociación Colegial de Escritores -entidad fundada y presidida por el fallecido-, la Sociedad General de Autores de España y la Asociación de la Prensa. Yuri Dubinin, embajador de la Unión Soviética en España, acudió a dar el pésame a la viuda, María Luisa Menés, poco después del mediodía. Dubinin declaró que Lera había contribuido a las relaciones culturales entre la URSS y España. "Era muy conocido y leído en nuestro país", manifestó. El entierro, que se celebró sin ceremonia, concluyó con el pésame afectuoso de los asistentes a la viuda y a los hijos.Lera había llamado a todas las puertas para conseguir la seguridad social de los escritores, fundar una mutualidad de autores y crear la citada Asociación Colegial de Escritores. Como recordaba su amigo Eduardo de Guzmán, Lera fue el promotor de un hecho insólito en España, como es que "siendo insolidarios como somos hayamos conseguido reunirnos 1.000 escritores para defender nuestros derechos".
Compañeros de profesión y amigos de quien fue definido con la palabra "solidaridad" por Lauro Olmo, como Juan de Avalos, Ángel Palomino, Pureza Canelo, Gregorio Gallego, Ángel María Gatell, Juan Pérez Creus o Vizcaíno Casas, acudieron a dar el pésame a la viuda y a sus dos hijos, Ángel y Adelaida. Olmo destacó el hondo sentido de solidaridad de Lera, y Gregorio Gallego señaló que "era un hombre entrañable. En un período muy difícil hizo lo máximo que se podía hacer, y ése es su mérito, su sentido del oportunismo político para encajar su obra literaria. Él supo hacerlo bien". Varios dirigentes comunistas, como Armando López Salinas, Santiago Álvarez e Ignacio Gallego, asistieron a la capilla ardiente, así como también el presidente de la Sociedad General de Autores de España, Juan José Alonso Millán. Hasta el día 15 del pasado mes de junio había estado trabajando normalmente.
Babelia
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