Púbol y Port Lligat se convertirán en museo

El castillo de Púbol, actual resídencia de Salvador Dalí, y la casa de Port Lligat, recogerán en el futuro parte de la impresionante colección particular de Dalí, que será donada a las instituciones públicas y exhibida permanentemente en un circuito que incluirá, además, el teatro museo Dalí de Figueres, un museo de Madrid -probablemente el de Arte Contemporáneo- y, eventualmente, algún museo de Barcelona. Ésta es la expresa voluntad del pintor manifestada en su testamento, según informaciones a las que ha tenido acceso este diario. Entre las obras que siguen siendo propiedad particular del Divino se encuentran las telas capitales del surrealismo pictórico y todas las pinturas y dibujos realizados en los últimos años, varias esculturas, el archivo personal del artista, manuscritos, recuerdos familiares y correspondencia.El testamento de Dalí, compuesto en la práctica por sucesivos documentos firmados a lo largo de los últimos años, es fiel, reflejo de su voluntad reiterada en innumerables ocasiones de dejar toda su obra "a Cataluña y España", para que sea centro de atracción internacional. La casa de Port Lligat-que en los últimos dos años ha permanecido cerrada- y el castillo de Púbol serán abiertos al público como museos y centros de estudio de la obra del Divino. El teatro museo Dalí de Figueres será potenciado con nuevas donaciones, con las que se tratará de superar la crítica que se le formula sobre la inexistencia en sus salas de obras de importancia.

Intercambio de obras

Paralelamente, un fondo también importantísimo de obras del pintor, que el 23 de diciembre de 1983 fue donado a la fundación que lleva su nombre, será exhibido en esos mismos centros bajo la tu tela de este organismo, integrado por representantes de las instituciones públicas y amigos persona les del artista. La voluntad de los responsables de la fundación es que estas obras -cuyo valor ante notario se acerca a los 3.200 millones de pesetas- sean exhibidas alternativamente en los distinto museos dalinianos, mediante sucesivos intercambios, y sean el centro de exposiciones en todo el mundo, para mantener la proyección internacional del pintor.El proceso que culminó con esta doble donación de obras -y una tercera destinada al museo de Figueres que también se firmó en diciembre pasado- se inició en 1980, con el regreso definitivo de Gala y Dalí a Port Lligat, y se aceleró con la preparación de la exposición antológica presentada sucesivamente en Madrid, Barcelona y Figueres.

El episodio más laborioso en la regulación del patrimonio de Dalí, y su posterior donación, fue la negociación con los representantes de Cecile Eluard, la hija de Gala y Paul Eluard, cuyas reclamaciones podían haber complicado, a finales de 1982, el retorno a España de las colecciones desperdigadas por Nueva York, París y Ginebra. La negociación se saldó con la entrega a Cecile del cuadro Retrato de Paul Eluard, una cantidad importante de dinero y tres dibujos -un Picasso y dos Chirico-, que habían sido regalados a Gala por sus autores antes de su unión con Dalí.

Durante las negociaciones, Dalí demostró su intención inequívoca de que su patrimonio artístico no saliera de España. "Negociar, pero que no quede afectada mi obra", fue la única instrucción que dio a sus representantes.