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La actitud de EE UU fue decisiva para que fracasara el golpe de Estado contra Siles

Antonio Caño

Estados Unidos tuvo una participación decisiva en el fracaso del golpe de Estado organizado en Bolivia por el coronel Rolando Saravia contra el Gobierno de Hernán Siles Zuazo, según informaron fuentes seguras. La actuación del embajador norteamericano en La Paz, Edwin Corr, quien entró en la madrugada del día 30 en contacto con los jefes militares para desaprobar el golpe, sirvió, según las mismas fuentes, para desanimar a algunos oficiales, que, de lo contrario, habrían respaldado la acción.

Estados Unidos ha mantenido durante los 20 meses de gobierno de Siles Zuazo una actitud de apoyo al proceso democrático y, según señaló un portavoz de la Embajada norteamericana en La Paz, "no hay circunstancias que pudieran hacer cambiar la posición de nuestro Gobierno respecto a Bolivia". "Buscamos principalmente moderar la línea de izquierda de un sector del Gobierno y una profundización en la lucha contra el narcotráfico", añadió.El golpe, por otra parte, estaba dirigido por ideólogos civiles de partidos de derechas, según manifestó el comandante general del Ejército boliviano, Simón Sejas Tordoya.

Sejas no quiso revelar el nombre de las personas o partidos comprometidos, y se limitó a decir que son "elementos enemigos del proceso y enemigos de la democracia", pero otras fuentes informadas aseguran que Marcelo Galindo, dirigente de Acción Democrática Nacionalista (ADN), el partido del ex presidente Hugo Bánzer, iba a ser el encargado de formar el Gobierno, que presidiría Saravia. Los dirigentes del ADN, calificaron el secuestro de "burla al mundo", para insinuar que se trata de un montaje propiciado por el propio régimen de Siles Zuazo.

El golpe, desencadenado con el secuestro del presidente de la República, fracasó, según el general Sejas, "porque existe consenso mayoritario entre los jefes, oficiales, suboficiales y sargentos del Ejército de acatamiento y respeto a la Constitución".

Madurez del Ejército

La principal consecuencia que se puede extraer de este suceso, en opinión de Sejas, es la de que "en el Ejército hay una madurez, una conciencia patriótica de acatamiento a los mandos naturales". "Lógicamente, no se puede descartar totalmente un golpe de Estado, porque no hay que olvidar que hemos vivido, durante muchos años bajo regímenes militares y eso cambia de la noche a la mañana, pero al menos este hecho nos ha demostrado que hay en la institución un consenso de que debemos acatar las leyes".El general Simón Sejas, que está siendo blanco de una campaña de la oposición de derechas, que le acusa de ser la cabeza de puente del comunismo en las fuerzas armadas bolivianas, manifiesta que la insubordinación, a finales del mes pasado, de la Escuela de Comando de la ciudad de Cochabamba y la exigencia de su renuncia eran la primera fase del golpe abortado.

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"Pretendían el relevo del comandante general del Ejército, seguramente porque en sus planes estaba el colocar ahí a alguien que fuese asequible a sus intereses y ambIciones personales", asegura.

El comandante general de Ejército prefiere no conceder crédito a las declaraciones formuladas en Madrid por el vicepresidente boliviano, Jaime Paz Zamora, quien coincidía con los sublevados de Cochabamba en solicitar el relevo de Sejas.

El general Sejas descarta los rumores de que el secuestro de Siles fuese en realidad un autosecuestro, y manifiesta, en este sentido, que ha dirigido una nota al presidente, sugiriendo que las autoridades del Estado no hagan ninguna declaración, porque estaban creando con sus incoherencias mayor confusión".

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