"La estrategia de guerra del Ejército está llevando al país a la quiebra", según el lider democristiano Vinicio Cerezo
ENVIADO ESPECIALDiez años atrás, los militares guatemaltecos se negaron a aceptar el triunfo electoral del general Efraín Ríos Montt por el solo hecho de que llevaba detrás a la Democracia Cristiana. Su máximo líder, Vinicio Cerezo, fue ametrallado ante el Congreso a comienzos de 1981 y todavía el año pasado denunciaba un compló para asesinarlo. Hoy es el partido más votado del país.
"Lo que ha cambiado son las circunstancias del país, no el comportamiento de los militares", opina Cerezo. "En 1974, la alianza tradicional de los tres grupos de poder: el Ejército, la empresa privada y la oligarquía de la tierra, no estaba dispuesta a que nosotros llegáramos al Gobierno. Ahora hay contradicciones internas entre esos sectores porque la estrategia de guerra del Ejército está llevando el país a la quiebra". En este cambio ha influido, a su juicio, el contexto general de Centroamérica, pero sobre todo un golpe de timón en la estrategia norteamericana, "que por fin ha entendido que la democracia es la mejor arma para combatir la expansión del comunismo".
"El acceso de los sandinistas al poder ha hecho ver también al capítal privado, e incluso a los oligarcas, que es preferible perder algo antes que perder la cabeza. Esta nueva situación nos permite a los partidos forzar la apertura democrática y la entrega del poder por parte de los militares". El resultado de estas elecciones, con su masiva participación y el apoyo mayoritario a los partidos moderados, garantiza, en su opinión, que podrán celebrarse las elecciones presidenciales del próximo año, que ellos quisieran realizar en marzo. "Puede haber algunos intentos de desestabilización por parte de una extrema derecha que ha sido derrotada, pero cualquier maniobra golpista sería erimera".
El objetivo prioritario de la Asamblea constituyente tiene que ser "establecer las bases de un Estado de derecho, con un pluralismo total, que no exluya a nadie. Esto es vital para que algunos grupos que hoy están apoyando la lucha armada se incorporen al proceso". La etapa más dificil de la apertura es la que se avecina, con una Asamblea soberana elegida por el pueblo, que tendrá que compartir el poder con un Gobierno de facto. Por eso, Cerezo insiste en la necesidad de redactar cuanto antes la Constitución para abreviar este período de interinidad.
"El hecho de haber involucrado en estas elecciones a una gran mayoría de la población disminuye la capacidad de respuesta de las minorías armadas, entre las cuales incluyo naturalmente al Ejército. Si las Fuerzas Armadas tratan de imponer su propio proyecto o si amenazan con disolver la Asamblea querrá decir que nada ha cambiado. Pero el avance de los partidos centristas es una buena noticia para la democracia". Los resultados electorales son para Cerezo una prueba de que su estrategia de resistencia civil, puesta en práctica durante la época más negra de los Gobiernos militares, es la única salida a la situación. A pesar de que cientos de sus afiliados fueran asesinados por el solo hecho de defender unas reformas por lo demás moderadas, Cerezo defendió la vía política, aunque durante mucho tiempo su casa estuviera convertida en un bunker fuertemente artillado para evitar el asalto de los paramilitares.
El premio de esta política ha sido este primer triunfo electoral reconocido. Lo que ahora se propone hacer Vinicio Cerezo es sobre todo modernizar el Estado, sacándolo desde las cávernas hasta el siglo XX. Para ello propone una más justa distribución de la riqueza, reformas moderadas en la tenencia de la tierra y, sobre todo, una forma de Estado que no excluya a nadie por sus ideas.
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