Los votos rurales sitúan a la DC de Guatemala en el primer puesto y relegan al centro

JESÚS CEBERIO ENVIADO ESPECIAL, La provincia ha corregido a la capital. La Democracia Cristiana ssee encaramado al primer lugar en las elecciones del domingo después de haberse escrutado la mitad de las urnas departamentales. El empleo masivo de la televisión por parte de la Unión del Centro Nacional (UCN) se reveló inericaz entre la población aislada del altiplano, que sigue rigiéndose en gran medida por los patrones políticos del pasado.

Aparte del relevo en los dos primeros puestos, el escrutinio de las mesas periféricas ha tenido otros efectos: una gran dispersión del voto y un ascenso relativo de los partidos oficialistas, aunque no se ha puesto en peligro el triunfo global de las siglas centristas.Cuando se ha escrutado el 63% de las mesas, la suma de votos blancos y nulos alcanza el 19%, superando ya netamente la votación de cualquier partido. Los democristianos ocupan el primer lugar, con sólo el 17,7% de los sufragios válidos. La UCN ha sufrido un tremendo bajón de 10 puntos, para quedarse en el 14,9%, y la coalición ultraderechista MLNCAN obtiene el 12,4%. No se puede descartar que el globo de la UCN se siga desinflando aún más.

A estas alturas del recuento se ha rebasado ya la votación más alta registrada en anteriores elecciones. El total de papeletas emitidas estará muy cerca de los dos millones, lo que representa una participación del 75%, inimaginable en los tiempos del fraude elaborado desde las alturas.

A pesar de los vuelcos que está experimentando el ranking de los partidos no ha habido ninguno que ponga en duda la limpieza del escrutinio. Por primera vez nadie discute la probidad de los magistrados que integran el Tribunal Supremo Electoral ni la autoridad moral de los 120 abogados que se encargarán de estudiar las impugnaciones. El total de papeletas contestadas se eleva ya a 58.000, lo que supone más de un 4%.

Entre los partidos centristas empiezan ya a registrarse los primeros movimientos para llegar a un consenso en la redacción de la futura Constitución. La Democracia Cristiana y el Partido Nacional Conservador, que mantiene el cuarto lugar por estrecho margen, han anunciado ya su propósito de presentar un proyecto común.

Para obtener la mayoría en la Asamblea constituyente necesitan también el apoyo de la UCN, pero no parecen existir serias diferencias en lo que respecta a las grandes líneas. Los tres principales partidos de centro proponen una total apertura política que permita el juego electoral de cualquier ideología. Esto supone ya un avance importante sobre la Constitución vigente de 1965, -que excluía expresamente a los partidos comunistas.

La legalización de todos los partidos es una de las bazas que quieren jugar los centristas para ir reincorporando a la vida civil a las organizaciones guerrilleras. Otro paso será el reconocimiento de las libertades sindicales, un minucioso capítulo de garantías individuales y la devolución de su perdida independencia al poder judicial.

Todos están de acuerdo en establecer una doble vuelta para la elección presidencial como un mecanismo para corregir la dispersión del voto, y a la vez evitar que un candidato llegue a la máxima magistratura con un caudal de votos inferior al 20%.