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Mitterrand impone la Legión de Honor a la ciudad de Volgogrado, antigua Stalingrado

Pilar Bonet

El presidente francés, François Mitterrand, honró ayer a los combatientes soviéticos caídos en la ciudad de Stalingrado (hoy, Volgogrado), donde la contraofensiva del Ejército rojo ante las tropas alemanas, desde noviembre de 1942 hasta principios de febrero de 1943 marcó un punto de inflexión decisivo en la segunda guerra mundial Mitterrand impuso la Legión de Honor, la más alta condecoración francesa, a la ciudad de Volgogrado, hoy importante centro industrial de aproximadamente un millón de habitantes y estratégico nudo ferroviario.

Ante la multitud concentrada en la plaza de los Caídos, el presidente francés manifestó que la batalla de Stalingrado "decidió el destino del mundo". Durante meses, las tropas soviéticas "lucharon calle por calle, casa por casa, piso por piso". Cuarenta y siete mil soldados soviéticos y 150.000 alemanes muertos fue el balance.La visita a Volgogrado, después de haber sido despedido en el Kremlin por el líder soviético, Konstantín Chernenko, culminó el viaje oficial a la URSS del presidente francés, quien anoche emprendió viaje de regreso a París. El homenaje de Mitterrand a los soldados soviéticos complementa el que rindiera a principios de junio a los combatientes aliados perecidos hace 40 años en el desembarco aliado en Normandía.

La URSS ha acusado a los países occidentales de minimizar la importancia del frente oriental y la contribución soviética a la definitiva derrota del Tercer Reich.

En Moscú, el presidente Mitterrand evitó diplomáticamente la polémica y se refirió al éxito común de los aliados y a la imposibilidad de concebir un frente sin el otro.' Mitterrand, que combatió en la resistencia de su país -hecho destacado por los periódicos soviéticos-, mencionó al general De Gaulle y tuvo palabras de elogio para los soldados alemanes caídos en Stalingrado, a los que calificó de bravos y valientes. También las tuvo para aquellos que, habiendo luchado en el otro lado, "sufrieron y cayeron" lejos de sus casas como "víctimas absurdas de un sistema suicida".

El dirigente francés valoró el viernes positivamente su visita a la URSS -la primera que realiza en calidad de presidente- y sub rayó que ésta había producido un calentamiento de las relaciones bilaterales. Esta opinión sin embargo, es cuestionada por observadores políticos franceses, quienes consideran difícil el mejoramiento en beneficio de Francia de los intercambios comerciales y económicos, en los que París ha perdido terreno en los últimos años. Mitterrand, cuya alusión al fisico nuclear disidente Andrei Sajarov ha sido ignorada por el Kremlin, dirigió el viernes por la noche una alocución tele visada al pueblo soviético en la que expresó su deseo de mejorar las relaciones bilaterales.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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