Renegociar la deuda exterior
Cuando un niño o una niña nace en Argentina tiene una deuda exterior de cerca de 220.000 pesetas. La deuda de estos recién nacidos alcanzará cifras astronómicas cuando lleguen a una edad productiva si no se consiguen los intentos de aplazamiento y refinanciación de esa deuda que Argentina y otros muchos países tienen contraída con los bancos de los Estados industrializados, lo cual no parece lo más probable, según se acaba de comprobar en la cumbre de Londres. ( ... )La cuestión, desesperada para un país que se encuentra al borde de la bancarrota, ha sido recogida, sin embargo, por el rey don Juan Carlos, que ha invocado la solidaridad internacional con estos países. En el caso argentino, la deuda con España es de menos de 1.500 millones de dólares. ( ... )
A esta situación ha llegado un país con inmensos recursos naturales, situado entre los primeros productores del mundo en cereales y proteínas cárnicas, con recursos petrolíferos y de gas natural, que paradójicamente tiene una de las deudas exteriores más altas, unas tasas de inflación galopantes, superiores al ciento por ciento en los últimos años. Situación dramática, provocada por deficiencias estructurales -parasitismo improductivo de gran parte de la población urbana, en un país como casi seis veces España- y por la mala administración, agravada por el coste de un estamento militar que, aparte de segar las ansias de libertad, ha simplificado una costosa sangría económica al embaucarse en gravosas aventuras militares como la de la conquista de las Malvinas.
La Argentina que ha recuperado la ilusión por la libertad necesita recuperar la confianza en un futuro, libre de las incertidumbres de ruina económica en la que la han situado los que decían sentirse llamados a la salvación de la patria.
13 de junio
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