El presidente Alfonsín se negó a recibir a una delegación de las Madres de la Plaza de Mayo
Más de 10.000 personas asistieron el viernes a la manifestación convocada por las Madres de la Plaza de Mayo frente a la sede del Gobierno argentino. Una delegación, encabezada por Hebe de Bonafini, presidenta de la entidad, no pudo entregar una carta dirigida al presidente de la nación, Raúl Alfonsín, porque no fue recibida por ningún funcionario de la Administración.
Después de media hora de espera en la mesa de entrada de la Casa Rosada, la sede del Gobierno, el grupo de madres de la plaza de Mayo se retiró sin recibir ninguna explicación. "Es la primera vez que nos sucede esto, nos sentimos humilladas, confundidas, nadie nos ha atendido", declaraba, visiblemente alterada, De Bonafini a los periodistas argentinos y extranjeros que la rodeaban.La multitud, reunida en la plaza de Mayo, reaccionó entonando cantos y consignas contrarias al Gobierno en los que se cuestionaba la "dictadura radical". Nerviosa, y con la desesperación de quien no puede hacerse escuchar por todos, De Bonafini trepó a lo alto de uno de los monumentos que hay en la plaza para pedir "calma y respeto" al Gobierno democrático.
Los manifestantes iniciaron entonces su marcha hacia el Congreso, situado en el otro extremo de la avenida de Mayo, donde las madres de Mayo tenían previsto entregar más de 200.000 firmas recogidas en los últimos meses para apoyar una petición al Parlamento para que declare la desaparición de personas como "crimen de lesa humanidad".
Cuando la primera fila de la manifestación aún no había llegado a la plaza de los Dos Congresos, De Bonafini fue avisada por un empleado del Gobierno y la secretaria privada del presidente de la nación, Margarita Rouco, que intentaban subsanar el "error burocrático" que había impedido el acceso de las madres de Mayo a la sede del Gobierno. Hebe de Bonafini se negó a regresar y le contestó al mensajero que "se hubieran acordado antes".
En el Congreso, la delegación de las madres fue recibida por un grupo de diputados y senadores que se comprometieron a dar prioridad al tratamiento del documento. A la salida del Parlamento, De Bonafini improvisó un breve discurso en el que recordó a los manifestantes que "le exigimos al presidente de la nación, como comandante en jefe de las fuerzas armadas, que ordene la inmediata investigación para que se sepa quién ordenó los secuestros, quién torturó, quién asesinó, quién vejó a las personas, quién realizó los operativos, y detenga de una vez a los criminales".
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