Trump pide a los países de la OTAN que eleven su gasto en defensa al 5% del PIB y acusa a la UE de tratar “muy mal” a EE UU
El presidente estadounidense manifiesta en el Foro de Davos que quiere reunirse pronto con Putin y que ha pedido a Xi que ayude a parar la guerra de Ucrania
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó este jueves a los participantes del Foro de Davos (Suiza) sus planes, exponiendo su insatisfacción por el trato que la UE dispensa a su país en materia económica y asegurando que pedirá a los aliados de la OTAN que gasten un 5% del PIB en defensa, tres puntos porcentuales más que el objetivo actual.
“Quiero ser constructivo porque amo Europa. Pero desde el punto de vista de Estados Unidos, la UE nos trata muy, muy injustamente, muy mal”, dijo Trump en su intervención por videoconferencia desde Washington. A continuación, desgranó sus motivos de queja, sustancialmente anclados en una relación comercial que considera injustamente desequilibrada, pero añadiendo críticas también a las multas por infracciones del régimen de libre competencia contra empresas estadounidenses, que calificó de una forma de imposición oculta. “Así, tenemos grandes quejas con la UE”, concluyó.
El malestar en el frente económico se suma al que Trump manifiesta por el gasto militar de muchos socios de la OTAN ―gran parte europeos― que a su juicio es insuficiente. Formalizó con un lenguaje rotundo su exigencia de ir a mucho más. “Pediré a todas las naciones de la OTAN que incrementen el gasto en defensa al 5%”, señalando que la inversión limitada de otros constituye otra manera de aprovecharse de EE UU. La búsqueda de relaciones a su juicio “justas” ―sobre todo con el prisma del balance de intercambio comercial y las aportaciones militares― es el eje esencial de la concepción de las relaciones internacionales.
En su intervención ―un discurso seguido de un intercambio de preguntas y respuestas con cuatro destacados líderes empresariales, entre ellos, Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander― afirmó que desea poder encontrarse “pronto con el presidente [Vladímir] Putin” para impulsar un cese de las hostilidades en Ucrania, y que mencionó el asunto en su reciente conversación telefónica con el presidente de China, Xi Jinping. “Espero que China pueda ayudarnos a parar la guerra entre Rusia y Ucrania. Tienen mucho poder sobre esa situación. Y trabajaremos con ellos. Y he mencionado este asunto en nuestra reciente conversación”. Preguntado por si dentro de un año, en la próxima edición del foro, habría paz en Ucrania, respondió: “Hay que preguntárselo a Rusia”. Durante la campaña electoral mantuvo que resolvería el asunto en 24 horas.
En el plano interno, Trump sostuvo que está llevando a cabo “una revolución del sentido común”. Puso el acento en su determinación de llevar a cabo la “mayor campaña de desregulación de la historia” y también “la mayor reducción de impuestos de la historia”.
La batalla cultural también afloró en su intervención, con un pasaje dedicado a su voluntad de abolir todas las “absurdas” medidas para favorecer la diversidad, equidad e inclusión, que tachó de forma de discriminación. Afirmó que bajo su mando, EE UU volverá a ser un país regido por el mérito. Con todo, las alusiones a la batalla cultural fueron mínimas con respecto a la intervención monotemática del presidente de Argentina, Javier Milei, en la mañana de este jueves.
Toda la intervención dejó transpirar la concepción transaccional de las relaciones de Trump. El presidente mencionó reportes de un presunto proyecto saudí de invertir unos 600.000 millones de dólares. “Llamaré al príncipe, que es un tipo fantástico, y le diré que lo redondee a un billón. Creo que lo hará porque hemos sido muy buenos con ellos”. El príncipe Mohammed Bin Salmán fue considerado por la Administración de Joe Biden como el responsable del descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi en un consulado saudí en Turquía. No fue el único líder autoritario elogiado por Trump, que también dijo que le “gusta mucho” Xi Jinping.
“También les pediré que ayuden a bajar el precio del crudo”, dijo en referencia a los saudíes Trump, quien sostuvo que bajar el precio del petróleo ―lo que limitaría los ingresos de Rusia― tiene el potencial de acabar la guerra en Ucrania.
Después del discurso inicial, de unos 15 minutos, Trump recibió las preguntas de cuatro líderes empresariales ―además de Botín, Stephen Schwarzman, presidente de Blackstone; Brian Moynihan, presidente de Bank of America, y Patrick Pouyanné, de Total Energies―. Tanto Botín como Schwarzman mostraron su aprecio por la agenda de desregulación y preguntaron al respecto. Trump no entró en mayores detalles. Botín aprovechó la circunstancia para retratar sintéticamente su banco ante Trump, quien respondió que lo conocía y elogió su “fantástico trabajo”. Menos fluido fue el intercambio con Moyhinan, al que el presidente reprochó que los bancos estadounidenses no conceden adecuadamente crédito a los conservadores.
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