"Cierra los ojos y verás qué delicia"
Cierra los ojos y verás qué delicia, me aconsejó mi compañero de butaca, el escritor Terenci Moix. Y llevaba razón. ¡Qué gozada! La noche del jueves, en el Tívoli, lleno, como deben estar los teatros, nos resarcimos, y ya era hora, qué caras, de todas las cabronadas que nos hizo, nos hace y nos hará la tele esa, la caja tonta, cada vez que nos endilga el gran Will con un Gielgud, un Olivier, un Ralph Richardson, un Michael Redgrave o una Margaret Leighton, por no citar a 26 extraordinarias actrices más.Pero qué requetebién que dicen a William Shakespeare las gentes de la Royal Shakespeare Company. Aunque, claro, si ellos no lo dicen así de requetebién, siendo como son la RSC, ya me dirán quién va a decirlo. Así pues, señoras y señores de la RSC, muchas, muchísimas gracias por esta noche del jueves -y la gozada sigue hasta el domingo por la tarde- en que por primera vez en Barcelona pudimos disfrutar de ese Shakespeare, en su lengua original, y que ustedes han mamado, desde críos, a través de una tradición, pública y privada, que uno sinceramente les envidia, como envidia a los cómicos de la Comédie, la tropa de Molière, la maison de Molière.
Much ado about nothing
de William Shakespeare. Intérpretes: Sinead Cusack, John Carlisle, Derek Jacobi, Geoffrey Freshwater, Christopher Benjamin, Jimmy Gardner, y Simon Clark. Escenografia: Ralph Koltai. Dirección: Terry Hands. Es una producción de la Royal Shakespeare Company.Teatro Tívoli, Barcelona, 26 de abril de 1984.
Y ahora abramos los ojos. La RSC va camino de Los Angeles con dos montajes de Terry Hands: Much ado about nothing (Mucho ruido y pocas nueces) y el Cyrano, con Derek Jacobi, de Cyrano. En París ofrecieron, además, un Lear, el Lear de Bond, que según tengo entendido fue sensacional. El éxito está asegurado. Va a haber bofetadas para conseguir una localidad. Pero, repito, abramos los ojos. Y los abrimos y decimos, sin más rodeos, que el montaje de Terry Hands es del año de maricastaña, más aún, que es cursi. Que Hands lleva la comedia hacia la farsa, hacia el vodevil, cargándose la ambigüedad, relativa en comparación con otros textos shakespeareanos (As you like it), manifiesta en el baile del inicio del segundo acto. Que Derek Jacobi se pasa descaradamente. Que Sinead Cusack, Beatrice, parece una niña bien de Wilde, o de Cukor, aunque esto podría interpretarse como un elogio, y que Dogberry (Christopher Benjamin) y Verges (Jimmy Gardner), no están, ni de lejos, interpretativamente hablando, a la altura de unos payasos shakespeareanos. Y Borachio (Geoffrey Freshwater), qué poquita cosa. Y John Carlisle, el bastardo, qué malo más malo, vamos, de película.
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