Mil millones de personas hablarán en el mundo una lengua neolatina en el año 2000
Presentado en Bruselas un estudio de la Unión Latina
En el año 2000 habrá mil millones de habitantes en el planeta que hablen una lengua neolatina, lo que representa una sexta parte de la humanidad, según las conclusiones de un estudio sobre demografía lingüística presentado ayer en Bruselas por la Unión Latina. La expansión más rápida dentro de esta familia lingüística entre 1980 y el año 2000 será la de los francófonos, con un 67,6% de crecimiento (que no está en regresión, dada su dimensión africana), seguida de los hispanófonos, con un 66,5%. Para el escritor, editor y senador español Carlos Barral, "la romanización no ha terminado".Los autores insisten en la importancia que tienen estos datos para que los ministerios de Educación planifiquen la enseñanza de las lenguas, "haciéndose una idea de lo que será el mundo", según Rossillon. Después del año 2000, la tendencia se afirmará aún más. La Unión Latina, con sede en Santo Domingo y presidida por Raúl Morodo, embajador español ante la Unesco, es una organización intergubernamental que agrupa a 15 Estados de lengua latina: Brasil, Ecuador, España, Francia, Haití, Honduras, Italia, Nicaragua, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Rumanía y Venezuela. El libro presentado consta de 350 páginas y el estudio ha sido dirigido por el francés Philippe Rossillon.
La primera lengua
La denominación de lenguas latinas engloba el español, portugués, francés, italiano y rumano. En conjunto, el número de habitantes que usen estas lenguas aumentará en un 57,4% desde hoy al año 2000, para llegar, según esta proyección, a un total de 983 millones. En este grupo latino, el español será la primera lengua en el año 2000, ya que lo hablarán 422 millones de habitantes (frente a 266 millones en la actualidad), o dos veces y media más que los francófonos. Pero, frente al inglés o al francés, la debilidad del español está en "la ausencia de un reparto más o menos equilibrado en varios continentes" y en el hecho de "no ser la lengua de una potencia industrial de rango mundial". El índice de analfabetismo en España (8,5%) es similar al de la Europa del Sur, pero en la América hispanohablante es de un 20,3%. Claro que en África es de un 60,6%.Las concordancias lingüísticas son amplias entre estas lenguas, de un 97% entre el español y el portugués a un 67% entre el francés y el rumano. Frente a las lenguas latinas, concluye el estudio, perderán terreno el alemán, las lenguas eslavas, e incluso el inglés, en términos de "locutores cotidianos". Los lusífonos progresarán en un 65%, y los rumanéfonos en un 15%. Sólo el italiano no conocerá ningún crecimiento apreciable.
Barral, que insistió en su "ser catalán", consideró que de la colaboración subterránea entre las lenguas romanas "se benefician las que están en expansión y las que están en regresión". Barral se declaró favorable a la reinstauración del latín como disciplina obligatoria a lo largo de toda la escolarización. El escritor chileno Jorge Edwards glosó el papel puente que puede ejercer España entre Europa y América Latina.
Para Edwards, "antes se decia que América Latina acabaría hablando inglés", pero la tendencia parece haberse iwiertido. En el año 2000 habrá 24 millones de hispanohablantes en Estados Unidos. Según el estudio, "con sus 422 millones de consumidores potenciales en el año 2000, el mundo hispanofono puede imponer sin pena su ley lingüística no sólo en todo su dominio geográfico, sino incluso, en cierta medida, en Estados Unidos y en una CEE multilingüe".
Babelia
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