La justicia descarta definitivamente la querella de Abogados Cristianos contra un cómic satírico
La Audiencia Provincial de Valencia tumba el recurso de la fundación, que acusaba de odio, pornografía y “pederastia” al libro ‘El niño Jesús no odia a los mariquitas’
La justicia se ha leído dos veces el cómic El niño Jesús no odia a los mariquitas. Y sigue sin ver nada delictivo. Es decir, tan solo la simple publicación de un libro satírico. De ahí que haya desestimado definitivamente la querella de la Fundación Española de Abogados Cristianos contra el tebeo, por provocación a la discriminación y al odio y provocación sexual, además de acusarle de “apología de la pederastia”. El auto emitido el 29 de enero por la Audiencia Provincial de Valencia, al que tuvo acceso EL PAÍS, desestima el recurso de la organización ultracatólica y cierra un caso sobre el que llegó a opinar hasta Elon Musk. A favor, por cierto, de Abogados Cristianos: “Esto es una locura”, escribió el hombre más rico del mundo en su red social, X, a propósito de la obra de Don Julio, publicada por Fandogamia.
El tribunal valenciano ha concluido precisamente lo contrario: ratifica el sobreseimiento, que decidió el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número dos de Quart de Poblet el 21 de octubre, y condena además a los querellantes a pagar todas las costas procesales “por la temeridad puesta de manifiesto con la interposición del recurso”. El auto, de cinco folios, incluye más dardos a Abogados Cristianos: recuerda que alegaron a su querella “nula práctica de pruebas” y considera su “interpretación absolutamente subjetiva, y diríamos que alejada de la realidad social y cultural de nuestros tiempos”.
Termina así una montaña rusa que arrancó con la publicación de un librito irónico en España y terminó convertida en polémica a los dos lados del océano sobre libertad de expresión y protección de los menores. La obra de Don Julio parodia los cuadernos de actividades para niños con una serie de ejercicios que buscan ridiculizar la homofobia. Abogados Cristianos, sin embargo, se tomó su planteamiento al pie de la letra y le acusó de pornografía. “Entienden que el libro en cuestión contiene dibujos para colorear repletos de imágenes hipersexualizadas […], ilustraciones ofensivas y degradantes contra la Iglesia y de sexualización, yendo dirigida a niños”, se leía en el fallo de primera instancia. “La publicación no puede entenderse dirigida a menores de edad lo cual está debidamente documentado” en el auto original, agrega ahora la Audiencia Provincial de Valencia.
Ni tampoco los jueces ven prueba alguna del presunto delito de odio, especialmente hacia lo religioso y la iglesia católica. Subrayan que falta un requisito fundamental: la incitación hacia ello, directa o indirecta. Y escriben: “No hay ningún dato que permita considerar que una determinada publicación, que se hace y se presenta en el ejercicio de derechos constitucionales como la libertad de expresión, contenga expresiones o frases o gráficos constitutivos del delito de odio”.
El cómic incluye frases como “Los católicos dicen que los homosexuales ofenden a Dios”, “La Biblia fue escrita hace más de 2.000 años por personas llenas de prejuicios” o “La otra opción sería admitir que Dios es un cutre y su Gran Obra está mal hecha”. Hay viñetas donde dos lesbianas acaban quemadas en la hoguera por un cura, se propone un juego para ayudar a Manolito a contarles a sus padres que es gay, o se lee: “De ser homófobo se puede salir”. Aunque lo que más desató la indignación de Abogados Cristianos fue la “Actividad 6: ¡Enredo de pitos!”, que invita al lector a detectar cuál, de entre los penes de varios personajes, está practicando sexo anal con el joven Bartolomé, a cuatro patas. “Es ridículo. Cada página desmonta una de esas excusas que tienen para odiar a gente. Si acaso, el delito viene por su parte”, lamentaba Don Julio en mayo de 2024, cuando se interpuso la querella.
El autor ya había realizado anteriormente un cuaderno parecido, Ser fascista está mal. E incluso El niño Jesús no odia a los mariquitas circuló con cierta normalidad durante semanas, bajo la etiqueta “cuaderno de actividades para adultos”. El caos empezó cuando, según el editor de Fandogamia, Pedro Medina, la sinopsis del tebeo en Amazon lo colocó en la franja: “Para mayores de seis años”. El sello avisó del error y pidió arreglarlo, pero ya era tarde. Arrancó una bola de nieve de vídeos en redes y acusaciones, que culminó en la querella de Abogados Cristianos. Y, ahora, en el segundo y último auto.
Medina sostiene que, desde entonces, ni Amazon ni algunas de las principales cadenas de librerías han recuperado el cómic, por más que él insistiera con las distribuidoras. Y confía en que la decisión judicial reabra el camino para su difusión. Mientras tanto, Fandogamia publicó en diciembre otro libro de Don Julio: Deshechos históricos 4: gloria, patria y endogamia, una visión satírica de la historia de España. Y prepara el lanzamiento, en abril, de un nuevo cuaderno de actividades del mismo autor, sobre la inmigración. Imposible equivocarse sobre su contenido: será humor para adultos. Lo ha dicho hasta la justicia. Dos veces.
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