Pinochet decreta 90 días de estado de excepción en Chile

El Gobierno chileno de Augusto Pinochet decretó a última hora del viernes que desde las cero horas de ayer rigiera en el país durante 90 días el estado de excepción. El ministro del Interior, Sergio Onofre Jarpa, justificó la decisión por el hecho de que "los actos terroristas han ido adquiriendo cada vez mayor gravedad". Para el martes, la oposición tenía anunciada la primera protesta nacional contra el régimen de este año.Para Jarpa, el estado de excepción permitirá "el desarrollo de la vida de los ciudadanos y el normal desenvolvimiento de las actividades productivas". Según la Constitución de 1980, durante estos 90 días el Gobierno puede adoptar medidas restrictivas a la libertad de movimientos, a la salida o entrada en el país y a las libertades de reunión, opinión e información. También pueden imponerse las censuras de correspondencia o de comunicaciones. El ministro del Interior manifestó que, por el momento, no estimaba necesaria la censura de Prensa y que no se recurrirá al toque de queda, aunque advirtió que "si los extremistas insisten en sus actos de violencia, se aplicará la norma legal en toda su severidad".

La oposición chilena, tanto sindical como política, había convocado para el martes la primera jornada de protesta de 1984 y octava desde que el año pasado se optó por este tipo de manifestación de repudio contra el régimen de Pinochet.

El llamamiento inicial a esta jornada lo hizo el Comando Nacional de Trabajadores, que preside Rodolfa Seguel, que incluso amenazó con una huelga general para el mes de mayo. Más tarde, las dos multipartidarias de la oposición, Alianza Democrática y Movimiento Democrático Popular, manifestaron su adhesión a la jornada, lo mismo que el bloque socialista.

Las consignas para el martes son no enviar a los niños al colegio, realizar asambleas en universidades y fábricas, no hacer gestiones en oficinas públicas y, al caer la tarde, tocar las cacerolas.