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Naranjas y pinos, destruidos por el azufre

Dos centrales térmicas causan graves perjuicios ecológicos en Castellón

La contaminación de la producción citrícola en la Plana de Castellón y de miles de pinos en la comarca de Els Ports, producida por la acción de dos centrales térmicas -ubicadas una en el Grao de Castellón y otra en la localidad turolense de Andorra-, constituye uno de los principales problemas ecológicos con que se enfrenta la provincia.

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Las centrales son propiedad de Hidroeléctrica Española y del Instituto Nacional de Industria. En los dos casos, el azufre empleado en la quema del combustible utilizado es el agente contaminante sobre naranjas y pinos. La repercusión en el medio ambiente y la historia de cada uno de los procesos contaminantes presenta, sin embargo, características bien distintas.La central térmica que Hidroeléctrica Española tiene instalada en la playa del Serrallo, a cuatro kilórrietros de Castellón, contamina anualmente unas 3.000 hectáreas de naranjos en la comarca de la Plana Baixa. Este año, una vez más, las quemaduras de azufre están ya presentes en las pieles de los cítricos, a pesar de las constantes promesas de Hidroeléctrica Española de sustituir el fuel por gas natural.

El problema se arrastra desde el mismo día en que entró en funcionamiento la térmica. La contaminación aparece como consecuencia del azufre concentrado en el fuel que la central utiliza como combustible. Este azufré, al depositarse sobre las naranjas, afecta tanto a la fruta, al quemar su piel como al propio árbol y al subsuelo del que éste se nutre. Los agricultores padecen, pues, una contaminación a cuatro niveles.

En primer lugar, se produce un deterioro del aspecto externo del fruto que imposibilita su presencia en los mercados nacionales e internacionales debido a los rigurosos controles de calidad a que están sometidos los cítricos por la cada vez mayor competencia exterior.

Se da también, por otra parte, un constante deterioro de los árboles y del propio -subsuelo que, a la larga, se traduce en un retroceso de la producción citrícola en la zona. Finalmente, existe una última consecuencia que afecta al valor de esas tierras: la devaluación, al no querer adquirir nadie para fines agrícolas unos huertos sobre los que, campaña tras campaña, llueve una auténtica plaga de azufre que quema sus frutas.

Indemnizaciones

Desde que apareció este fenómeno, los agricultores afectados son recompensados con unas cantidades que, a modo de indemnización, la cámara agraria provincial se encarga de negociar cada año con Hidroeléctrica Española.Durante la pasada campaña, los agricultores recibieron, un total de 80 millones de pesetas por los 14 millones de kilos de fruta que se vieron afectados por la contaminación en una extensión de 2.800 hectáreas. Este año las cifras pueden verse aumentadas considerablemente. Según datos de Hidroeléctrica Española, a los que ha tenido acceso EL PAIS, durante el pasado mes de noviembre hubo zonas en las que la contaminación afectó al 63% de la producción. Para los agricultores, según señaló a este periódico un representante de la Unió de Llauradors i Ramaders del País Valencià, la indemnización no es una solución válida. Ellos exigen de Hidroeléctrica Española que cumpla su promesa de cambiar el fuel por gas natural, al tiempo que solicitan que sean los propios sindicatos agrarios y no la cámara agraria provincial los que negocien las cantidades a percibir.

Por otra parte, la contaminación de miles de pinos en la comarca de Els Ports -que significará, como ya informó EL PAIS, la tala de cerca de 10.000 árboles- podría estar ocasionada por la central térmica de Andorra (Teruel), según manifestó el jefe provincial del Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Icona), Julio García Rojo, quien declaró que "casi sin ninguna duda, aunque todavía no hay una comprobación oficial, el desencadenante principal de esto es la contaminación que produce la central térmica de Andorra".

A través del agua

Esta contaminación afecta a la masa forestal de los municipios de Morella, Cinctorres, Castellfort, Portell de Morella y Zorita, según señaló a los alcaldes de estas localidades el gobernador civil Joaquín Azagra.Ha sido objeto de un estudio por parte de la Dirección General del Medio Ambiente, que ha elaborado un informe en el que se señala que el hongo causante de la enfermedad, el Cenagyum ferruginosum, puede haber aumentado su presencia en los pinos de la zona debido a la combustión de lignitos que se desarrolla en la citada central térmica, los cuales podrían contener más cantidad de sulfuros de los legalmente autorizados.

En declaraciones a los medios de información, el jefe provincial del Icona señaló: "El hecho de que se estén quemando unos lignitos con un 10% de azufre hace que, cuando hay agua en la atmósfera, se produzca anhídrido sulfuroso y ácido sulfúrico, ocasionando el consiguiente daño a los árboles". Ello se traduce en un debilitamiento de los. mismos que facilita la aparición y desarrollo de plagas y hongos.

Para Joaquín Puig, diputado comarcal y responsable del área cultural en la Diputación Provincial de Castellón, "la repercusión ecológica de este síndrome afecta no sólo a las administraciones provinciales y autonómicas, sino que adquiere ya un nivel de Estado", al tratarse de una de las pocas zonas de la provincia cuya riqueza forestal no se ha visto afectada por la plaga de los incendios. "Una desertización de esa franja forestal", manifestó Puig, "significaría, además de acentuar la crisis en una comarca deprimida, una crisis ecológica de inimaginables consecuencias".

Hidroeléctrica Española, a través del jefe de transportes y explotaciones, José Luis Hernández Varela, manifestó a EL PAIS: "Hemos realizado en la central térmica de Castellón un esfuerzo grande que frecuentemente no es apreciado".

Tras señalar que la central de Castellón se encuentra absolutamente dentro de la ley en cuanto a emisiones de anhídrido sulfuroso, señaló que, "efectivamente, nosotros causamos ahí efectos negativos; pero no creemos que seamos los únicos causantes de esa contaminación".

Mala calidad del petróleo

Hasta la fecha, las medidas correctoras empleadas por Hidroeléctrica Española -que mantiene un equipo de 12 técnicos trabajando en ese tema- se han concretado en la instalación de una red de detención del ácido sulfúrico, la instalación de un globo sonda para detectar índices de contaminación hasta una altura de 1.000 metros y algunas más. "Además hemos mejorado en dos ocasiones la calidad del fuel que utilizamos", señaló José Luis Hernández. "Precisamente, el año pasado hicimos una notoria mejora en este sentido, y nos hemos encontrado con la desagradable sorpresa de que este año han aumentado los índices de contaminación". Para el jefe de transportes y explotación de Hidroeléctrica esto es debido, principalmente, a la cada vez peor calidad del petróleo que se consume en España, "el cual", señaló, "contiene una mayor cantidad de asfaltatos".

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