Una campaña

Hay en marcha una campana contra los nacionalismos a base de reconocer su existencia, hablar de ellos y justificarlos por un lado, y criticarlos a fondo, a veces con inteligencia y simpre con saña, por el otro. ( ... )He leído con atención las reseñas de las reuniones de Gerona en las que se pedían respuestas a una delicada, compleja y difícil pregunta: ¿Qué es España? Intelectuales de más acá y de más allá del Ebro, línea que no considero divisoria de nada, han aprovechado la ocasión para decir sus vaguedades habituales o, lo que es peor, sus concretas y explicables visiones de España. ( ... )

Y, sin embargo, hay una España en la que todos estamos y que fue calificada de país real en otras épocas, que es cierta y muy diferente de la que se sustenta en el papel sellado. Una España varia, múltiple, que sólo se concreta "a partir de...". Una España que se ha querido intentar en el Estado de las autonomías después del largo ensayo indigerible del monolitismo y la uniformidad franquistas.

El objetivo de esta campaña, que va penetrando principalmente por las vías culturales, es desprestigiar los nacionalismos; es decir, los "a partir de..." hispánicos, para dejar nuevamente único, como en 1939-1975, el otro nacionalismo, el de la Cibeles. Pero mientras los intelectuales acostumbran a hablar con la cabeza, el pueblo lo hace con el corazón. Y ya ven cómo ha respondido el nacionalismo natural en Euskadi.

28 de febrero