Un cosaco a la sombra de Tolstoi
La censura franquista fue tan ominosa como desorganizada. A finales de los cuarenta, en la década más terrible de la postguerra española, el editor catalán José Janés lanzaba el primer volumen de El Don apacible -que al parecer recogía una traducción castellana de preguerra- sin que la censura tuviera nada que objetar. Naturalmente, se trataba sólo del principio de la obra de Sholojov, cuando describe la vida de los cosacos del Don durante los años iniciales de la primera gran guerra; mediada la voluminosa saga colectiva, Sholojov entraba ya en harina y describía la revolución de Octubre, con lo que su color resultaba ya evidente. Pero los restantes volúmenes de El Don apacible tardaron bastante en entrar en España, ya a mediados de los sesenta, tras el premio Nobel concedido a Sholojov, y de la mano del editor José Manuel Lara y del traductor José Laín Entralgo. Posteriormente vendrían Campos roturados -sobre la colectivización de la tierra, para mí su obra maestra-, los Cuentos del Don y la más sovietizada, Ellos lucharon por la patria.
Sholejov se presentaba entonces como el gran líder literario del realismo socialista soviético, la corriente literaria propugnada por Zdhanov y consagrada oficialmente por Stalin mismo, que ahogaría toda posible veleidad formalista y de vanguardia en la literatura soviética posterior. Se dijo entonces que el Nobel a Sholojov había sido una concesión por el otorgado antes a Pasternak. Pero Pasternak no se exilió, y todavía la sangre de la disidencia no regaba tan cuantiosamente como hoy en día las praderas de Occidente. Aunque ya faltaba poco para que estallara la bomba Sholsenitsyn.
El realismo socialista influyó en aquellos años entre nosotros, a través del "realismo sociológico" a la española, pero tal vez más por dar información sobre realidades desconocidas que por su propia estética. Los realistas españoles estaban más influídos por el neorrealismo italiano, por la generación perdida americana o por el nouveau roman francés. Con el permiso de Lukacs, el realismo socialista soviético parecía una estética más vieja, como los años se encargarían de demostrar.
Tolstoi fue el padre de todos, desde Sholojov, el líder dogmático y oficializado, hasta el disidente Sholsenitsyn. El Don apacible y Agosto 1914, son dos obras trazadas sobre el modelo de Guerra y Paz. Sholejov penetró en España sin dificultad con una obra objetiva y bien construída. Su ideología y dogmatismo políticos sostuvieron una obra de gran calidad artística, por encima de la propia política que las inspiró; y de la de sus contradictores.
Babelia
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