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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Cómo deshacer la amenaza nuclear

El artículo de Andrés Ortega, publicado en EL PAIS de 7 de febrero, fue reproducido en varios periódicos soviéticos y vivamente discutido en Moscú. Es triste el testimonio de Ortega de que sólo algunos herejes próximos a la OTAN -muy minoritarios y entre cuchicheos a título personal-" vean las cosas como son. Y es alentadora la procupación que expone el prestigiado periódico español: "¿No podría España aportar algo propio?".Desde el inicio del emplazamiento de los Pershing y misiles de crucero, Europa no ha recibido mayor seguridad, ni mucho menos. Todo lo contrario, la amenaza nuclear ha aumentado tanto para la URSS y sus aliados como para los países de la OTAN. Los misiles norteamericanos en el.continente europeo tampoco han fortalecido la seguridad del propio EE UU. Al plantearse el objetivo de obtener la superioridad militar, Norteamérica indujo a la URSS a tomar las contramedidas correspondientes.

Existe cada vez más acusadamente la conciencia de que EE UU ha implicado a los europeos en un juego peligroso. Crece la desconfianza hacia aquellos que admitieron en sus territorios los misiles norteamericanos y va en aumento la tensión entre los aliados de la OTAN, entre los que no existe unanimidad en la apreciación de la situación existente. Se produce la impresión de que la OTAN va entrando lentamente en un callejón sin salida.

¿Existe actualmente alguna posibilidad de mejorar el clima político en Europa? En nuestra opinión, los esfuerzos deben orientarse hacia la búsqueda de medidas, aceptables para las partes, de reforzamiento de la confianza y seguridad y colaboración económica mutuamente provechosa. Esto favorecería la elevación del entendimiento y la distensión en el continente. Evidentemente, para lograr resultados positivos en este camino es indispensable, en primer lugar, una voluntad política de todas las partes interesadas, y no sólo de las grandes potencias. Indudablemente, España también podría jugar un papel, como ya lo hizo en la Conferencia de Madrid el año pasado.

Colaboración europea

A veces, los representantes de los Estados no nucleares se lamentan de que no tienen posibilidad de influir en la política nuclear y en los grandes problemas de las relaciones internacionales, que están bajo el control de las grandes potencias nucleares. Sin embargo, no es así; existen ejemplos de pequeños países que han jugado un papel decisivo en el sistema de la seguridad internacional. Y esto ocurre siempre cuando esos países mantienen una posición de independencia en la política exterior.

En Europa es posible e indispensable crear la seguridad a través de la colaboración, intentar que los intereses y obligaciones de los Estados se entrelacen de una forma tan firme que sea difícil romper esos lazos. Participarían en la edificación de esa Europa no sólo los Estados europeos y sus órganos. políticos, sino, naturalmente, los partidos y las organizaciones sociales.

En cuanto a medidas concretas de la mencionada colaboración, además de la elaboración de ideas sobre el desarrollo de la confianza en el plano militar, se podría lograr, en nuestra opinión, un avance muy importante a través de iniciativas tales como la congelación de los potenciales militares, y en primer lugar los nucleares, y la creación de zonas desnuclearizadas, acuerdos mutuos sobre la no utilización de fuerza militar y conservación de relaciones pacíficas entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, etcétera. Todo ello, indudablemente, llevaría al desarrollo de la confianza mutua. Es de dominio público el hecho de que la URSS, tratando de llevar adelante esa atmósfera de confianza, se comprometió unilateralmente a no emplear la primera las armas nuclear es, y ha mantenido vigente este compromiso incluso cuando comenzó el despliegue de los euromisiles.

El sentido común y el realismo, éstas son las vías que se deben seguir para la prevención de la amenaza nuclear. La confianza surge en condiciones de estabilidad, y ésta se fundamenta en el equilibrio y en la renuncia a lograr la supremacía militar. Si EE UU y los países de la OTAN manifestaran su disposición a volver a la situación existente antes del despliegue de los misiles Pershing y los de crucero, sería posible encontrar una base para la solución constructiva y mutuamente aceptable del problema de las armas nucleares en Europa.

Aun antes del emplazamiento de los misiles, ya se expresaban en la OTAN opiniones en el sentido de que debiera ser aplazado el despliegue. Como se sabe, esa propuesta fue presentada por Grecia, pero, lamentablemente, no la escucharon. Y ahora, para lograr un posible entendimiento, hace falta, ante todo, una volutad política y disposición para partir desde apreciaciones realistas de la situación. Si dentro de la OTAN hubiera países capaces de tomar esta iniciativa, se crearía una situación favorable para resolver los problemas en litigio. No entretenerse con la retórica ni confiar en la fuerza, sino ir paso a paso en el camino de la política de conservación de la paz; ésa es la única vía al éxito. El más pequeño paso en esa dirección, dado por cualquier país, cualquier fuerza política o social, será un avance de todos nosotros hacia el objetivo de la colaboracíón y el regreso a la distensión.

Eduardo Kovaliov, observador político de Novosti, Izvestia y Pravda, es especialista en asuntos ibéricos.

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