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La hora propicia

La VanguardiaEl vicepresidente de Estados Unidos, George Bush, ha dado las gracias al sucesor de Andropov, Constantin Chernienko. Le ha agradecido el tono de la reunión que ha mantenido con él y con el vicepresidente del Gobierno y ministro de Asuntos Exteriores, Andrei Gromyko -el Gromyko de siempre-, y, en general, el tono de serenidad y buenos augurios quela presidido los actos y reuniones con los que se ha enterrado solemnemente al líder invisible y en gran parte inédito que ha simbolizado en la Unión Soviética una continuidad que ha durado poco y una transición hacia no se sabe muy bien dónde.No sin razones se ha calificado al nuevo líder comunista como conservador. Lo es por hombre de confianza de su protector Breznev, que gobernó durante tantos años; lo es por sus mismos 72 años; lo es por el peso de la colegialidad, que el núsmo Bush ha reconocido al incluir en el elogio a los demás dirigentes de la Unión Soviética.

El sistema soviético es conservador porque se progresa lentamente y por cooptación de los que ya mandan. Por eso la juventud, por relativa que sea, de los hipotéticos candidatos, a la hora de la verdad -la de los cambios de personas- se ve más como un riesgo que como un motivo de seguridad. Y esto tanto en el interior del sistema -por lo que puede intuirsecomo en el mundo exterior. Occidente tiene dudas de que de un relevo generacional puede esperarse una mejora de relaciones

, 16 de febrero

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