EE UU, Suráfrica y Angola comienzan negociaciones para la independencia de Namibia

Estados Unidos, África del Sur y Angola se reunirán hoy en Lusaka (Zambia) con el fin de intentar un acuerdo de paz en Africa austral y estudiar el problema de la independencia de Namibia, la ex colonia alemana que se haya bajo control surafricano a pesar de las resoluciones de la ONU a favor de su independencia, según informó ayer en la Embajada norteamericana en Johannesburgo y recoge la agencia France Presse.

En la reunión tomarán parte Chester Crocker, subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos Africanos, el ministro de Asuntos Exteriores surafricano, Pik Botha, y el ministro del Interior de Angola, Alexandre Rodrigues.El plan de independencia establecido por la 435 resolución de la ONU prevé el alto el fuego entre las tropas surafricanas y el SWAPO (organización de pueblos del suroeste africano, que lucha por la independencia de Namibia), el despliegue de fuerzas pacificadoras de la ONU y la celebración de elecciones para una Asamblea constituyente, bajo supervisión internacional.

Las negociaciones para poner en práctica este plan se vieron bloqueadas en los últimos años por la exigencia de África del Sur, apoyada por EE UU, de que la independencia de Namibia quede ligada a la retirada de los tropas cubanas estacionadas en Angola.

Por otra parte, Fernando Corral, jefe de la delegación española en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, volvió a condenar ayer en Ginebra, "enérgicamente", la política de discriminación racial y las constantes violaciones y arbitrariedades del régimen surafricano y reafirmar "el derecho a la autodeterminación del pueblo namibiano", según informa Martín Polanco.

Tras clasificar de "indignante" la actitud de las autoridades de Pretoria, Corral destacó "la indiferencia con la que el gobierno surafricano acoge las constantes llamadas de la comunidad internacional para que se ponga fin a los continuos actos de segragación racial".

"El régimen de apartheid ¡mperante en África del Sur", dijo Corral, "es un vergonzoso sistema en el que la discriminación no solamente no es combatida sino que resulta jurídicamente institucionalizada". "Su supervivencia", añadió, "constituye no sólo una gravísima ofensa a la dignidad del hombre y un desafio a la comunidad internacional, sino que pone en serio peligro la estabilidad de la región y las normales relaciones de vecindad con los Estados limítrofes".