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Los papeles del presidente de la II República Española

Una comisión interministerial, a la que se oponen archiveros y bibliotecarios del Estado, estudiará los documentos de Azaña

Una comisión interministerial, formada por historiadores y juristas de los ministerios de Cultura, Justicia e Interior, será aprobada próximamente en Consejo de Ministros para clasificar y restituir a sus dueños el archivo literario y gráfico del político e intelectual Manuel Azaña, presidente de la II República Española, descubierto el pasado 26 de enero en la Escuela Superior de Policía de Madrid y el 29 de enero en el archivo general de la antigua DGS, en la Puerta del Sol. Todos los documentos se encuentran depositados en la Escuela Superior de Policía de Madrid y están siendo consultados los de carácter público por periodistas e historiadores. Esta situación ha sido denunciada por profesionales de archivos y bibliotecas del Estado. Por otra parte, los fondos documentales conservados en el Ministerio de Asuntos Exteriores se pondrán a disposición de los investigadores.

Los manuscritos, documentos, fotografías y cartas del político y escritor Manuel Azaña (Alcalá de Henares, 1880-Montauban, 1940), que contienen las 16 carpetas encontradas por casualidad, el pasado 26 de enero, en la sede de la Escuela Superior de Policía de Madrid, y las 10 carpetas halladas como consecuencia del primer descubrimiento, en el archivo central, actual Dirección de la Seguridad del Estado, en la Puerta del Sol, de Madrid, están custodiados en la Escuela Superior de Policía en un armario de seguridad, cuya única llave está en manos del director de la escuela, Jesús Prol.El archivo personal de Manuel Azaña, requisado en Francia por las tropas de Hitler tras la invasión de París, en el domicilio de su cuñado Cipriano Rivas Cherif, permanecerá en la Escuela Superior de Policía de Madrid a la espera de las órdenes del ministro del Interior, José Barrionuevo, quien propondrá al Consejo de Ministros la creación de una, comisión interministerial para que clasifique y valore todos los documentos y posteriormente decida el destino de los mismos, aunque ya se ha adelantado que el Estado se quedará con los documentos públicos, y la familia del político, los privados.

La batalla legal por la propiedad de los documentos se presenta larga y complicada. Se han podido establecer tres grupos de intereses: los familiares de Azaña, para el conjunto de los papeles privados y literarios; el Estado, en relación con la gestión pública, y los partidos republicanos.

Sobre este último aspecto, Izquierda Republicana (IR) ha mantenido una reunión con el ministro del Interior, José Barrionuevo, y representantes de Acción Republicana Democrática Española (ARDE) serán recibidos en los próximos días. IR comunicó ayer al ministro, de acuerdo con la invitación oficial para que formaran parte de la comisión interministerial de investigadores, los nombres de Vicente González Giner, Luis Rubio e Isabelo Herreros. Este último dijo ayer que "nuestra idea es reclamar los documentos que se refieran al partido Izquierda Republicana, cuyo primer presidente, en 1934, fue Azaña, y depositarlos en la Fundación Manuel Azaña, que actualmente está en trámites. El hallazgo del archivo ha sido una sorpresa, después de tantos años que podía estar destruido o en poder de la familia de Franco". Eduardo Prada, presidente de ARDE, manifestó ayer que los documentos políticos corresponden a su partido y serían depositados en el Archivo Histórico Nacional "para consulta de todos los españoles".

Los documentos que no son estrictamente privados están siendo consultados por algunos periodistas e historiadores, que han tenido acceso con autorización del Ministerio del Interior. El historiador Javier Tusell consumió ayer por la mañana su segunda sesión de consulta. En su opinión, "el conjunto es extraordinariamente interesante y los historiadores españoles bien podemos estar satisfechos por el hallazgo. ¿Por qué no acabar bien lo que bien ha empezado? Me permito sugerir los pasos que han de venir inmediatamente: formar una comisión plural de especialistas encargada de llevar a cabo un estudio de los papeles de forma detenida, dar una muestra pública de agradecimiento a quienes han hecho posible el hallazgo y depositar temporalmente, hasta determinar qué parte debe ser inmediatamente accesible, tan importante documentación en donde debe estar: en el Archivo Histórico Nacional, dependiente del Ministerio de Cultura".

Ante la situación general y la difusión del hallazgo del archivo de Azaña, 25 profesionales de archivos y bibliotecas del Estado firmaron ayer un escrito de protesta por el procedimiento seguido. Señalan que "la obligación de los poderes públicos es la de procurar las garantías de los derechos otorgados en el artículo 18 de la Constitución. No consta que se haya tomado cautela alguna para dicha garantía, ni siquiera un examen serio y discreto de la documentación para determinar las que hubiera que establecer. Más bien consta lo contrario, según los testimonios de quienes han tenido acceso. Especialmente grave, tratándose de documentos privados, es que sus posibles titulares, familiares y herederos de Azaña, no hayan tenido conocimiento, ni menos intervención, en la extraña publicidad que se ha hecho de un archivo presuntamente suyo".

Cultura, responsable

Añaden en su escrito que los documentos estarían incluidos en el artículo 1º, 1 c) de la ley 26-5-1972, para la Defensa del Tesoro Documental y Bibliográfico de la Nación, y según el párrafo 3 del mismo artículo, es el Ministerio de Cultura el responsable de su calificación, cuidado y defensa, "por lo que resulta asombroso que sea el Ministerio del Interior el que arbitre los procedimientos de calificación y consulta de los documentos".Hacen constar en el escrito que ni el Centro Nacional del Tesoro Documental y Bibliográfico, ni archiveros profesionales -la directora del archivo del Ministerio del Interior tampoco ha sido consultada- han tenido conocimiento oficial del hallazgo, "lo cual nos hace temer que el tratamiento técnico que está recibiendo la citada documentación no sea el adecuado". Dicen, por último, que "el Ministerio de Cultura, tras los informes archivísticos correspondientes, deberá proceder a su calificación e inventario, a través del Centro Nacional del Tesoro Documental y Bibliográfico y garantizar la reserva de los documentos privados.

La colección de fotografías, que forma parte del segundo hallazgo del archivo, está distribuida y clasificada por temas generales y en sobres distintos. Las fotografías personales y oficiales son retratos de Llompart y de la Associated Press, la mayoría en su despacho de la Castellana, y un curioso retrato realizado sobre una hoja.

La mayor parte, 71 en total, ocupan un sobre dedicado a la época de la guerra civil, muchas de ellas con la presencia de Azaña, sin señalar el lugar y la fecha, realizadas por el servicio fotográfico del Ministerio de Estado. En siete copias se recogen aspectos de la comisión que visitó Francia durante la primera guerra mundial, donde Azaña aparece con bigote y boina.

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