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Decepción en los medios políticos israelíes tras la visita del canciller de la RFA

La visita del canciller de la República Federal de Alemania (RFA), Helmut Kohl, a Israel ha provocado una viva decepción en los medios políticos israelíes, donde no se oculta una cierta irritación causada no sólo por los resultados de las conversaciones entre los líderes de ambos países, sino también por el tono y el clima de incompresión mutua en que ban tenido lugar las entrevistas.

La sombra de las armas de la República Federal de Alemania destinadas a Arabia Saudí ha ejercido un peso notable sobre el desarrollo de las conversaciones. El canciller Helmut Kohl rechazó admitir -tal vez por falta de sensibilidad o por una decisión tomada fríamente- la importancia que, tanto moral como simbólicamente, tiene este asunto para los dirigentes israelíes."No he venido a Israel para discutir este asunto, ni para pedir consejo a los dirigentes israelíes. La decisión será adoptada en Bonn, tras haber sido examinada por el Gobierno de la República Federal de Alemania", señaló Kohl durante una conferencia de prensa celebrada antes de haber abandonado Israel.

Un periodista de la República Federal de Alemania (RFA) le preguntó si no había diferencia "desde un punto de vista moral" que Israel tenga un día que enfrentarse con armamento de la RFA en el caso de una nueva guerra contra los árabes o con armas de origen francés o norteamericano, pero Kohl evitó dar una respuesta clara a esta pregunta.

Peter Boenisch, portavoz del Gobierno de la República Federal de Alemania, declaró que es necesario dejar de mezclar el caso de los campos de concentración de Auschwitz con los problemas políticos del momento actual. Y el canciller de la RFA no consideró necesario condenar esta declaración sorprendente, que varios periodistas de Alemania Occidental calificaron de "insulto al pueblo judío" y de "grave falta de tacto".

El propio. Kohl señaló que no hay que olvidar el pasado, pero precisó que "lo importante es el presente, la vida. Y la, vida continúa".

El rechazo sistemático por parte de Kohl de discutir con los dirigentes israelíes sobre las consecuencias de la venta de armas de la República Federal de Alemania a Arabia Saudí -país árabe, permanentemente en estado de guerra con Israel- obligó al primer ministro Israelí, Issac Shamir, a señalar a Kohl que la entrega de esas armas tendrá inevitablemente repercusiones sobre las relaciones entre Bonn y Tel Aviv.

"El canciller de la República Federal de Alemania no estaba en absoluto impresionado", declara un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí. "Aparentemente", señala, "se siente suficientemente fuerte como representante de la nueva RFA para dejar que el peso de los crímenes de la Alemania nazi pueda influir sobre su política actual. Afirmando que su Gobierno tendrá en cuenta los intereses de todos los amigos de la RFA, Kohl ha indicado claramente que las relaciones con Israel no gozan de un estatuto privilegiado con respecto a las que Bonn mantiene con Arabia Saudí o con el resto de los países amigos en Oriente Próximo". "Al menos", concluye el alto funcionario, "Kohl ha sido sincero y ha disipado todas nuestras ilusiones".

El diario Jerusalem Post recuerda que la venta de armas de la República Federal de Alemania a un país árabe es una cuestión moral y no material. "Es un problema moral", agrega el diario, "porque nadie en Israel piensa que la segur¡dad de ese país será puesta en peligro por la llegada de esas armas a Arabia Saudí. Nosotros sabemos también que los petrodólares permiten a los saudíes comprar armas donde quieran".

Por su parte, el diario Haaretz señala: "Israel no desencadenará una guerra preventiva contra Arabia Saudí, pero los dirigentes de la RFA deben saber que no nos han convencido sus argumentos. Si se convierten en los abastecedores de armas de ese país árabe, provocarán una desgarradura en las delicadas relaciones entre Bonn y Tel Aviv y anularán todo lo que la visita del canciller Helmut Kohl podía haber aportado de positivo".

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