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La resurrección del diálogo Este-Oeste marca el fin de la fase ministerial de la Conferencia de Estocolmo

Antonio Caño

ENVIADO ESPECIAL

La primera semana de la Cónferencia sobre Desarme en Europa (CDE) concluyó ayer con una ligera pero cierta esperanza de reducción de la tensión internacional. Después de los discursos de los 35 ministros de Asuntos Exteriores de la Conferencia de Estocolmo (todos los de Europa menos Albania, Estados Unidos y Canadá), y los numerosos contactos bilaterales mantenidos, se ha resucitado el diálogo Este-Oeste. En la última jornada, el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, sir Geoffrey Howe, recordó que "no ha habido ningún progreso significativo en las negociaciones sobre control de armamentos en los últimos cinco años", y destacó la necesidad de poner fin a la división de Europa, "trabajando en medidas que incrementen la seguridad de todos nosotros".

Howe pidió la reanudación de las conversaciones soviético-norteamericanas -de Ginebra, aunque reconoció que "siempre es más difícil abandonar la mesa negociadora que volver a ella".

Stefan Andrei, ministro de Asuntos Exteriores rumano, calificó la situación actual como "la más grave desde la segunda guerra mundial" y advirtió que "las dos conflagraciones mundiales han estallado a partir del territorio europeo". El ministro rumano propuso "la firma de un tratado general europeo de no uso de la fuerza o de la amenaza de la fuerza" y "el establecimiento, a lo largo de las fronteras de los paises miembros de la OTAN y los Estados participantes del Tratado de Varsovia, de un pasillo libre de armas nucleares".

Palabras de esperanza

Desde el próximo lunes, la labor negociadora quedará en manos de los jefes de delegación. Los ministros se han despedido de la capital sueca con palabras de esperanza, justificadas principalmente por el tono moderado empleado en su discurso por el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, que inauguró el nuevo lenguaje de la Administración de Ronald Reagan, y la flexibilidad que el ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, Andrei Gromiko, mostró en las conversaciones con sus colegas.La actitud de Gromiko en sus entrevistas bilaterales contrastó con la violencia empleada por el jefe de la diplomacia soviética en su alocución ante el pleno de la CDE.

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Una alta fuente diplomática del país anfitrión, llamado a desarrollar un papel importante en esta conferencia, comentó ayer que el inicio de la CDE ha demostrado, fundamentalmente, tres cosas. La primera, que Reagan ha decidido presentarse a las elecciones en su país como good boy (buen chico) y para ello habrá de intentar un acercamiento a la Unión Soviética. La segunda, que Moscú está interesado en reanudar el diálogo con Occidente, sin perder la cara. Y la tercera, que tanto unos como otros han venido a Estocolmo con el propósito de obtener resultados positivos sobre medidas de confianza.

El ministro de Asuntos Exteriores británico pidió ayer superar "rápidamente" el primer escalón de la conferencia, es decir, la adopción de medidas que favorezcan la seguridad y la confianza entre los Estados, ya que "si podemos alcanzar aspectos sólidos sobre este aspecto, podríamos afrontar la posibilidad de algún instrumento algo más decisivo".

"Si nuestras conversaciones sobre los puntos de nuestra agenda en esta conferencia son exitosas, no hay razón para que la conferencia no pase a considerar propuestas más ambiciosas", añadió.

Sir Geoffrey Howe propuso que, en una primera fase, se estudien acuerdos para la "observación e inspección de actividades militares y el intercambio de información, la notificación de actividades militares, medidas para evitar la tentación al uso de la fuerza o de la amenaza de la fuerza y medidas para reducir el riesgo de un ataque por sorpresa".

El ministro de Asuntos Exteriores de Rumanía estimó que "el despliegue de los nuevos misiles no puede ser aceptado como una fatalidad y que no hay ninguna justificación para pasar a la escalada de la carrera de armamentos nucleares.

Sobre esta base", añadió, "las negociaciones de Ginebra deberían reanudarse con el objetivo de conseguir un acuerdo que asegure la detención del despliegue de misiles nucleares de alcance medio, y la reducción y la destrucción de los ya existentes".

La próxima semana serán presentados en la conferencia sendos bloques de propuestas de la Alianza Atlántica y del Pacto de Varsovia. Ambos coincidirán probablemente en algunos aspectos como la notificación previa obligatoria de los movimientos militares o el establecimiento de un sistema e información recíproca y de consultas entre Estados de uno y otro pacto militar. Se da por descontado que estas propuestas serán mutuamente rechazadas.

Gestiones franco-españolas

Las delegaciones de España y Francia están intentando evitar que las propuestas occidentales sean presentadas como proyecto de la OTAN y sugieren su presentación por cada Estado individualmente, procurando además que algún país neutral, como sería el caso de Austria, se adhiera a las mismas.Los países neutrales y no alineados han empezado ya a trabajar para elaborar una simbiosis entre los deseos de uno y otro bloque.

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