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El desarme mundial, en juego

El largo encuentro entre Shultz y Gromiko supuso un tímido avance en la reanudación del diálogo entre las superpotencias

Antonio Caño

El encuentro de cinco horas, y 15 minutos mantenido ayer en Estocolmo por el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Andrei Gromiko, ha permitido que las relaciones entre Washington y Moscú sean ahora "mejores que antes de la entrevista", según manifestó un portavoz del departamento de Estado. La reunión, que fue "muy abierta", según la misma fuente, no sirvió sin embargo para alcanzar acuerdos sobre las conversaciones de Ginebra, de las que la URSS se retiró el pasado mes de noviembre, ni sobre otros aspectos de la situación internacional.

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El portavoz del departamento de Estado dijo que la entrevista había abarcado un amplio abanico de temas, sobre los que tanto Shultz como Gromiko expusieron las posiciones conocidas de sus países.Shultz entró y salió de la embajada soviética de Estocolmo, donde se desarrolló la conversación, esbozando una sonrisa, a pesar de que, según el portavoz norteamericano, a lo largo de la entrevista habían aparecido diferencias importantes.

Los jefes de las diplomacias de Estados Unidos y la URSS trataron, entre otros temas, las relaciones bilaterales, los derechos humanos y la situación en Centroamérica. En relación con el violento discurso, pronunciado en la mañana de ayer por Andrei Gromiko ante la Conferencia de Desarme en Europa (CDE), el portavoz del departamento de Estado dijo que "el secretario de Estado leyó el discurso atentamente y reconoció que se trataba de eso, de un discurso". En su alocución, Gromiko acusó a EE UU de desarrollar una política exterior criminal, militarista, inhumana y cínica.

Como pretendido gesto de buena voluntad previo a su encuentro con Shultz, el ministro soviético comunicó a su colega sueco, Lennart Bodström, que la Unión Soviética está dispuesta a reanudar las conversaciones sobre reducción de fuerzas convencionales en Europa Central (MBFR), según manifestó el propio ministro de Asuntos Exteriores de Suecia. Estas negociaciones, que se desarrollan en Viena, fueron suspendidas el pasado 15 de diciembre, sin que Moscú aceptase fijar una fecha para su reanudación.

La impresión precipitadamente recogida anoche en fuentes informadas es que el encuentro Shultz-Gromiko ha servido, aunque tímidamente, para hacer progresos en el diálogo entre Moscú y Washington, que estaba al borde de la guerra fría. La duración de la entrevista, dos horas más de lo previsto, es un dato que permite albergar algunas esperanzas.

Según la información de la agencia oficial soviética, Tass, Gromiko advirtió a su interlocutor norteamericano de "las peligrosas consecuencias del despliegue de los nuevos misiles de Estados Unidos en Europa occidental" e insistió en que la continuación de las conversaciones de Ginebra, tanto sobre armamento estratégico (START) como de alcance medio (INF) era "imposible".

Encuentro en Madrid

El punto culminante del deterioro de las relaciones entre la URSS y Estados Unidos se dio el pasado mes de septiembre en Madrid, donde la reunión entre Shultz y Gromiko se vió abortada por el derribo por cazas soviéticos de un avión comercial surcoreano con 269 pasajeros a bordo.

Desde esa fracasada entrevista, se sucedieron el comienzo de la instalación de los Pershing 2 y misiles de crucero en Europa y la posterior retirada soviética de las dos mesas negociadoras de Ginebra. Aprovechando el clima favorable creado por el inicio en Estocolmo de la CDE, el presidente norteamericano, Ronald Reagan lanzó el pasado lunes un llama miento a la Unión Soviéticapara que vuelva a las negociaciones suspendidas.

El ofrecimiento norteamericano fue corroborado, al día siguiente, en Estocolmo por el secretario de Estado, quien, en un discurso mo derado ofreció "la completa y verificable eliminación de las armas químicas, sobre bases globales".

Oferta no recogida

Moscú se ha negado a recoger inmediata y públicamente la oferta norteamericana y, en este sentido, Gromiko pronunció ayer en la CDE uno de los más duros discursos que se le recuerdan en los últimos años. Los observadores destacan, sin embargo, que el ministro soviético no repitió con la roturididad con que los portavoces de la URSS lo habían hecho anteriormente, la advertencia de que la Unión Soviética no reanudaría las conversaciones de Ginebra mientras no se vuelva a la situación anterior al despliegue de los euromisiles.

No obstante, en la información que sobre el encuentro Shultz-Gromiko facilitó la agencia Tass -curiosamente, bastante antes de que concluyera-, se afirmaba que el ministro de Asuntos Exteriores soviético había declarado a su homólogo norteamericano su convicción de que "Estados Unidos es el responsable de las peligrosas consecuencias del despliegue de los nuevos misiles norteamericanos en Europa Occidental, que hace imposible proseguir las negociaciones de Ginebra sobre los cohetes de alcance medio y pone en entredicho todo el proceso de limitación de armas nucleares"

En la larga entrevista de ayer tarde, en la que estuvieron presentes también el secretario de Estado adjunto para Asuntos Europeos, Richard Burt, y el viceministro soviético de Asuntos Exteriores, Georgy Kornyenko, se abordó también la situación en Oriente Próximo y África.

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