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España importa de Francia 100.000 toneladas de trigo para frenar los precios

Andreu Missé

Un total de 100.000 toneladas de trigo procedentes de Francia ha sido importado en las últimas semanas por el Senpa (Servicio Nacional de Productos Agrarios) a través de la multinacional francesa Sesostris, con objeto de frenar la tendencia alcista de los precios interiores de los cereales, que en algunos casos -como en el de la cebada- han registrado aumentos del 30% en cinco meses. El importe de la compra no ha sido hecho público, si bien el, trigo se distribuye a 23,99 pesetas/ kilo, lo que supone un total de 2.399 millones ole pesetas. Una tan importante y poco frecuente operación importadora arroja nueva luz sobre las relaciones agrícolas con el país vecino, normalmente polarizadas en torno a las frutas y hortalizas. La mercancía se ha descargado en los puertos de Valencia, Tarragona, Santander y Málaga, de donde se canaliza directamente a los fabricantes de harina. Esta operación forma parte de una más amplia que se está negociando con diversos países europeos y americanos y que totaliza 750.000 toneladas.

Las recientes importaciones procedentes de Francia contrastan con las realizadas mayormente hasta ahora de Estados Unidos, que desarrollan las cinco compañías multinacionales, Sesostris, SAE; Compañía Continental Hispánica, SA; Cindasa; Transáfrica, SA y Noga Ibérica y la nacional Interceres, a través de las cuales se canaliza prácticamente la totalidad de las compras exteriores de cereales y que han sido las principales beneficiarias de la vertiginosa escalada que han experimentado los precios de los granos en 1983.Los efectos de estas subidas están siendo especialmente perniciosos para determinadas sectores ganaderos. El subsector avícola, por ejemplo, ha perdido más de 32.000 millones de pesetas en los últimos 18 meses. Estas importaciones de trigo blando no tienen nada que ver con la reciente autorización de exportar 50.000 toneladas de trigo duro, por tanto de precio más elevado, que se destina a la elaboración de sémolas y pastas.

La mayoría de estas compañías, que cuentan con importantes recursos financieros y disponen de la mejor información sobre la evolución de los mercados internacionales de cereales, en especial del de Futuros de Chicago, adquirieron importantes cantidades de cebada a los agricultores españoles el pasado verano, previendo futuras alzas. Sus pronósticos no pudieron ser más acertados, como lo revela la evolución del precio de la cebada, que ha experimentado una subida del 30% en los últimos cinco meses. En electo, desde el verano pasado el precio de este cereal ha pasado de las 18,75 pesetas /kilo del precio de garantía a las 24,25 pesetas/kilo a que se cotizaba en el mercado de Valencia la semana pasada, sin que se vislumbre un cambio de tendendecia en el mercado.

Sin embargo, más significativo todavía que las importaciones de Francia resulta el desembarco de las multinacionales en el mercado interior para acaparar una buena parte de la producción cerealística de la última cosecha. Las organizaciones agrarias estiman que alrededor de un 50% del grano nacional está actualmente en silos de las grandes compañías.

Con el dominio absoluto del mercado exterior y las decisivas bases levantadas en el mercado nacional, el creciente poder que ha adquirido este reducido grupo de multinacionales ha suscitado hondas preocupaciones en medios agrícolas y ganaderos. Cindasa y Continental pertenecen en un 50% y en un 100%, respectivamente, a, las poderosas firmas estadounidenses Cargill Inc. y Continental Grain, que son las más influyentes del comercio norteamericano. Por su parte, Sesostris, SAE, la de mayor incidencia en el mercado español, que en 1982 importó una cantidad superior a cuatro millones de toneladas de maíz (más del 80% del total importado) pertenece en su totalidad al grupo francoamericano Louis Dreyfus.

Actuación del Gobierno

El panorama de los precios internacionales ha hecho muy difícil, cuando no imposible, la actuación de la Administración. Con un precio del maíz situado en los puertos españoles a 26 pesetas/kilogramo, las autoridades se encuentran con un margen de maniobra prácticamente nulo para evitar que los precios de otros cereales sustitutivos, como la cebada y el trigo, alcancen el mismo nivel de encarecimiento. Pese a estas limitaciones, incrementadas por la incesante revalorización del dólar, la Administración propició la importación. de 1.591.000 toneladas de cebada y 3.287.000 de maíz (hasta octubre de 1983) frente a las 407.000 y 4.949.000 toneladas importadas respectivamente de los mismos productos en 1982. Además, las recientes importaciones de trigo para harina han permitido destinar a las fábricas de pienso alrededor de 500.000 toneladas de trigo almacenado.

Sin embargo, fuentes de la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG) insisten en su preocupación por la evolución de los precios en los próximos meses.

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