Piden un acuerdo entre artistas, asociaciones e instituciones para revitalizar la cultura española
Terminan en Madrid las jornadas de debate Encuentros de Cultura y Sociedad
Un pacto tripartito entre las instituciones, las bases populares y los artistas, junto a la búsqueda de metodologías y medios técnicos adecuados al momento cultural español, son las dos recomendaciones principales elaboradas a lo largo de los tres días que han ocupado los Encuentros de Cultura y Sociedad organizados por el Ministerio de Cultura y en los que han participado más de cuatrocientas personas. El ministro de Cultura Javier Solana, en su discurso de clausura pronunciado ayer, reconoció que el momento actual es "de quiebra de discurso tradicional de cultura, y pidió que la nueva oferta surja de la base de la sociedad".
Las tres jornadas han servido de búsqueda de lo que debe ser esa nueva metodología. y esos nuevos medios. Tambien ha servido el encuentro para que los asistentes se pronunciaran, casi unánimemente, en contra del dirigismo y paternalismo vinculado a la cultura oficial; aspecto que claramente se manifestó tras la conferencia pronunciada por el director de la Fundación Juan March, José Luis Yuste, quien habló de poderes públicos y cultura.Yuste, y con él la cultura oficial, fue tachado de paternalista, reaccionario y elistista (Antonio Chacurra, de la Consejería de Educación de la Comunidad Autónoma de Madrid), de santón de la cultura museal (Ezequiel André) o de actuar con un concepto de cultura faraónica (Julién Maure, profesor de instituto en Galicia). Yuste defendió la gestión de entidades como la que dirige en el contexto de la cultura española.
Contraoferta desdibujada
Frente a estas acusaciones y rechazos, la contraoferta no quedó claramente dibujada, como consecuencia del intento de creación totalmente nuevo que se acometía en las jornadas, ya que junto a los que se presentaban como claros constructores despobtizados -en el sentido tradicional del término- había presencias en las que aún flotaban reminiscencias de antiguas militancias.Así, algunos asistentes quemaron largos minutos de los coloquios para lamentarse -todavía- de que la gente de Madrid siga uniformando en sus cabezas toda la cultura que se produce fuera de la capital (el mismo Julién Maure) o que no interesa la asistencia a los actos convencionalmente llamados culturales porque las energías y los presupuestos hay que gastarlos en cosas tales como que todos los niños de una cómunidad aprendan a tocar la guitarra (José Luis Aguilera, de las universidades populares) en lugar de exhibir a las majas de Goya.
Salvador Giner, catedrático de Antropología, definió el momento cultural español. Para él, vivimos en un momento en el que uno de los peligros está constituido por el pluridirigismo que procede de las competencias que se entrecruzan y que supone el que los destinatarios de los recursos económicos tengan que andar a la greña en la lucha por conseguir subvenciones.
Cree también Giner que en estos momentos se vive una revolución cultural sin precedentes desde el Concilio de Trento. "Por primera vez vivimos una socidad que ha olvidado el anticlericalismo beligerante, la violencia (salvo en el País Vasco) o la represión sexual como características culturales".
La salida cultural a esta nueva sociedad, añade Giner, debe ser capaz de facilitar los medios necesarios para todos los grupos espontáneos que desarrollen una actividad determinada. ¿Cúales serían estos grupos aún no canalizados dentro de los circuitos oficiales? Giner opina que estos grupos son cada vez más escasos, porque la tendencia general es que la Administración acabe asumiendo toda iniciativa, pero asegura que aún están fuera las iniciativas promovidas por grupos de feministas, ecologistas o pacifistas.
Entre algunas de las conclusiones obtenidas en las mesas de trabajo se señala como muy importante la necesidad de crear infraestuctura y medios en las zonas rurales a las que no sólo no llegan los reflejos de las programaciones de las grandes ciudades sino que las iniciativas culturales topan con toda clase de dificultades para poder ser realizadas.
Un último tema abordado durante las jornadas ha sido la relación de los medios de comunicación con la cultura. Aquí, el sociólogo Miguel Castells centró el tema al decir, frente a las críticas de olvido y abandono, que las iniciativas que se adopten en una comunidad determinada no deben hacerse de cara a la difusión que puedan tener en los medios de comunicación sino que las actividades de calidad sean difundidas sin que sus promotores tengan que luchar por ello.
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