El fallecido presidente de ALCER pretendía probar que se falsificaban partes de diálisis en Palma, según su hermano
Jaime Mas, hermano del fallecido presidente de la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (ALCER), Pedro Mas, ha declarado a EL PAÍS que "mi hermano estaba a punto de demostrar, antes del que se le trasplantara un riñón, que se habían falsificado partes de diálisis en la Policlínica Miramar, que firmaba alguien en su nombre y eran cobrados posteriormente por la clínica citada, a través del presidente de su consejo de administración, Miguel Dalmau". El testimonio de Jaime Mas incluye la afirmación de que "los enfermos, renales de Baleares están sometidos a presiones y amenazas, ejercidas por parte de algunos nefrólogos, que se lucran con las sesiones de diálisis".
El diputado Joan March, en nombre del grupo socialista del Parlamento Balear, corroboró la existencia sobre los enfermos de presiones "de carácter psíquico, lo que les convierte en personas sometidas a los nefrólogos, que imprescindiblemente les dializan. En ALCER de Baleares existían dos grupos enfirentados dentro de su junta directiva, uno de ellos en apoyo de la gestión de Pedro Mas, que estaba organizando la instalación de dos clubes cooperativos de diálisis antes de morir, y el otro en contra, dirigido por los responsables del Servicio de Nefrología de la Policlínica Miramar, Antonio Alarcón y Miguel Dalmau".Jaime Mas expresó su opinión sobre el fallecimiento de su hermano: "Yo no me quiero vengar de nadie y estoy seguro de que ningún médico entra en un quirófano para otra cosa que no sea cumplir con su obligación profesional, pero mi hermano Pedro me había reiterado que no se fiaba de nadie y que no le dejase solo tras la operación de trasplante de riñón a la que fue sometido el 3 de noviembre pasado".
Pedro Mas tuvo una caída de tensión "a cero, a los tres o cuatro días de ser transplantado", dijo su hermano Jaime. "Por más explicaciones que pedí, ningún médico me dijo nada. Pedro estuvo a punto de morir porque le dializaron igual que si no tuviese el riñón nuevo". En este sentido, Mariano Ozonas, cirujano urólogo que practicó el trasplante a Pedro Mas, explicó a EL PAÍS que "a los trasplantados renales se les dializa durante algún tiempo después de la intervención quirúrgica, hasta comprobar que el riñón nuevo se ha adaptado al receptor y funciona con normalidad".
"Yo no presento denuncias en un juzgado contra ningún médico, porque pienso que nadie es capaz de cargarse a un paciente. Esto sería una barbaridad", señala Jaime Mas. "Sin embargo, a mi hermano, que era el impulsor de losdos clubes cooperativos de Inca y Manacor (Mallorca) para mejorar las condiciones de las enfermos renales, no se le controlaban las diálisis que se hacía en su casa, no estaba asesorado para practicárselas, e incluso se tenía que pagar una enfermera si quería tener a alguien que le acompañase. Ni la Seguridad Social ni los nefrólogos asesoran a los enfermos de cómo hacerse las diálisis en sus domicilios".
Añadió el hermano del fallecido que "Pedro me había comentado en numerosas ocasiones que no estaba convencido de la conveniencia de someterse al trasplante. Él decía que quería haber viajado a Londres para someterse allí al tratamiento quirúrgico, pero le costaba alrededor de dos millones de pesetas, de los que no disponía".
El intervenido tenía úlcera
También dijo Jaime Mas no entender cómo "los médicos que iban a intervenir a Pedro no supiesen que tenía una úlcera, porque el tratamiento posoperatorio está contraindicado en esos casos. Mi hermano murió después de una intervención urgente de úlcera duodenal sangrante, tras llevar 20 días -del 3 al 23 de noviembre- tomando corticoides. En estas condiciones es imposible trasplantar a alguien y que sobreviva".Jaime Mas insistió en su intención "de no perjudicar a ningún médico, "pero no entiendo como dos médicos -Alarcón y Dalmau- forman parte de la junta directiva de ALCER y, además, para controlarla han recogido ciento y pico firmas entre el personal sanitatio de la residencia de la Seguridad Social Virgen del Lluc (de Palma de Mallorca) para hacer nuevos socios de ALCER y mantener ese control".
Por su parte, Miguel Dalmau explicó que "en estos momentos hay 150 enfermos renales en Baleares, de los que 122 se dializan en instalaciones que son propiedad de la Policlínica Miramar. A mí me parece muy bien que se monten dos cooperativas de enfermos -las que estaba promoviendo Pedro Mas antes de morir- pero ninguno de ellos puede quejarse de las atenciones y el tratamiento que reciben aquí".
Evitar la competencia
Miquel Dalmau, en nombre de la Policlínica Miramar, está montando a su vez dos centros de diálisis, precisamente en Inca y Manacor, y respondió en este sentido que "no sé cual de las dos iniciativas se ha llevado a cabo antes, pero nosotros queremos facilitar la atención médica a los enfermos de riñón".El portavoz del grupo socialista en el Parlamento Balear, Joan March, dijo que "la Policlínica Miramar inició las obras de construcción de sus dos nuevos centros de diálisis inmediatamente después de enterarse de la iniciativa de Pedro Mas", para evitar la competencia que actualmente se les plantea.
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