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Shultz, satisfecho por la promesa sandinista de celebrar elecciones

George Shultz, secretario norteamericano de Estado, en un repentino cambio de tono con respecto a las habituales manifestaciones de la Administración del presidente Ronald Reagan sobre Nicaragua, se felicitó el lunes pasado por la promesas de la junta de Gobierno sandinista de celebrar elecciones en el curso del año 1985, así como de amnistiar a la mayoría de los guerrilleros antisandinistas.La reacción de George Shultz, fruto quizá de las presiones efectuadas por los aliados europeos y latinoamericanos sobre Washington para que adopte una actitud más tolerante hacia la decisión nicaragüense de negociar, es la más positiva lograda hasta la fecha por el régimen sandinista de Managua.

Sin olvidar anteriores prevenciones, el secretario de Estado norteamericano manifestó, en una conferencia de prensa, que "lo que queremos es que se convierta en realidad lo que ahora es retórica y, naturalmente, quipremos. comprobar que es verdad".

"La declaración hecha por el Gobierno de Nicaragua es muy diferente de las que hacía hace seis meses. Me felicito por ello", aseguró también el jefe de la diplomacia norteamericana.

El cambio de la actitud de la Administración de Estados Unidos, que hasta ahora se había mostrado muy escéptica frente a los sandinistas, es, según fuentes oficiales en Washington, consecuencia de les diversos gestos de la junta nicaragüense y, sobre todo, del hecho de que Managua se haya puesto en evidencia al comprometerse a celebrar elecciones y conceder una amnistía.

"Cuanto mayor sea su compromiso público", dicen fuentes del Departamento de Estado norteamericano, "más difícil les resultará volverse atrás".

"Hay razones para el optimismo", manifiesta otra alta fuente diplomática en Washington. "Los cínicos dicen que todo esto es pura propaganda. Pero si se analiza lo que los dirigentes sandinistas han dicho públicamente, se ve que han abordado todo lo que era nuestra agenda: elecciones, amnistía, salida de consejeros militares, fin del tráfico de armas, establecimiento de un equilibrio militar y conversaciones con la oposición interior".

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Fuentes oficiales manifiestan que el embajador itinerante Richard Stone, enviado del presidente Ronald Reagan para la región centroamericana, espera ir a Nicaragua en las próximas dos semanas para continuar con sus esfuerzos para que se abran negociaciones entre los sandinistas y los guerrilleros.

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