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El debate nuclear

Los socialdemócratas de la RFA se pronuncian contra los euromisiles

Un 96% de los delegados del Congreso del Partido Socialdemócrata de la República Federal de Alemania (SPD) -tan sólo hubo 15 votos en contra y tres abstenciones de los 384 asistentes- votó ayer en Colonia contra el estacionamiento de los misiles norteamericanos sobre el territorio de la República Federal de Alemania. La cuestión se debatirá a partir de mañana en el Parlamento Federal (Bundestag).

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Ustinov reafirma que hay que considerar los arsenales británico y francés

Ni las confusas informaciones de la víspera sobre una nueva propuesta en Ginebra, ni el brillante discurso del ex canciller y vicepresidente de¡ SPD, Helmut Schmidt modificaron la abrumadora mayoría del congreso contra los cohetes, según había propuesto la presidencia del SPD en su moción directiva.Sólo los ex ministros de Defensa Hans Apel y Georg Leber, el ex ministro de Hacienda Hans Matthoefer y el ex ministro de la Cancillería Hans-Juergen Wischriewski, tejos ellos miembros de la presidencia del partido y del equipo ministerial de Schmidt, votaron con el ex canciller, además de una docena de delegados de la base.

El resultado supone un triunfo del presidente socialdemócrata Willy Brandt, en su línea de intentar conectar al SPD con el pacifismo, frente a la oposición de Schmidt, que sostuvo que la doble decisión de la OTAN sirve para establecer el equilibrio por la limitación y un progresivo desmantelamiento de las armas euroestratégicas.

También los verdes, que ayer concluyeron su asamblea federal en Duisburgo, votaron la moción, que mañana presentarán en el Bundestag, en la que se exigirá la retirada de la conformidad al estacionamiento de los misiles. 0tros dos partidos, integrantes de la actual coalición de Gobierno, los socialcristianos de Franz Josef Strauss y los liberales de Hans-Dietrich Genscher, se manifestaron ayer a favor de la instalación de los cohetes. La aritmética parlamentaria no deja ninguna duda de que las tesis del actual Gobierno de coalición (que lidera el democristiano Helmut Kohl) se impondrán sin dificultades y que los Pershing 2 y misiles de crucero comenzarán a desplegarse en diciembre.

Por otra parte, la URSS, a través de su ministro de Defensa, mariscal Dimitri Ustinov, rechazó ayer que su país piense dejar de considerar los arsenales británico y francés en las negociaciones de Ginebra. Esta cesión, junto a la oferta de limitar a 120 los SS-20 en Europa, se contenía en una propuesta fantasma, anunciada por Kohl el pasado viernes.

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La agencia oficial soviética Tass, con una rapidez inusitada, se apresuró a informar de la votación de los socialdemócratas alemanes en contra del despliegue de los euromisiles.

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El debate de los socialdemócratas alemanes sobre los euromisiles reflejó profundas divergencias entre dos ex cancilleres de la RFA

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Schmidt habló durante más de hora y media, con los recursos retóricos de sus mejores días. Su texto fue brillante y bien construido, con elementos de reflexión interesantes sobre el "espíritu de los tiempos" y el "alma alemana", incluso con una cita del escritor Heinrich Heine. El ex canciller evitó la arrogancia que le caracteriza y aseguró a los delegados que no conseguirán convertirlo en "testigo contra su propio partido" y no votará con los democristianos en el debate parlamentario que se inicia mañana en Bonn sobre el estacionamiento de los nuevos euromisiles.

El punto flaco de Schmidt estuvo a la hora de afrontar argumentativamente las objeciones de los que se oponen a los misiles. El ex canciller recorrió los argumentos -olvidó, consciente o inconscientemente, el de la posibilidad de una guerra nuclear localizada en Europa- y se limitó a decir que "esto habría estado mejor", cuando su línea intelectual le llevaba a posiciones críticas sobre los mis¡lesja "doble decisión" o Estados Unidos.

El discurso de Schimidt estuvo presidido por la idea fundamental de que el rearme soviético exige una respuesta y el estacionamiento de los misiles es la única posible, si fracasan las negociaciones de Ginebra. Argumentó también el ex canciller con la idea del aislamiento internacional del SPD: "Nosotros, socialdemócratas, no podemos aislarnos en la oposición. Con la excepción provisional de Holanda, que todavía no se decidió, los otros Gobiernos formados por nuestros partidos aliados tienen una opinión diferente a la mayoría de este partido. También Mitterrand, González y Soares, con los que hablé estos días pasados, tienen otra opinión". Schmidt citó a Felipe González como apoyo de sus tesis contra la mayoría de su partido.

Al concluir su discurso, Schmidt cosechó un aplauso de un minuto y siete segundos, se levantó dos veces a saludar, pero nadie se levantó a darle la mano, y a su lado Brandt no aplaudió ni una sola vez. La ruptura entre estos dos líderes de la socialdemocracia alemana, los dos ex cancilleres, era manifiesta en los gestos externos.

Después de Schmidt tomó la palabra el jefe del grupo parlamentario socialdemócrata, Hans-Jochen Vogel, que carece de la capacidad retórica del ex canciller y aburrió con su larga exposición de los motivos para el no al estacionamiento. "Evidentemente", dijo, "en la actual Administración en Washington se impusieron aquellas fuerzas que no tienen en cuenta todos los inconvenientes y que están dispuestas a nuevas series de estacionamiento, con tal de que sean desplegados en Europa nuevos cohetes desde tierra, que puedan alcanzar los territorios más importantes de la Unión Soviética, con mayor precisión, más rapidez y mayores efectos". Vogel afladió que "esas fuerzas creen que eso fortalece la Alianza y a mí me parece un grave error", y "nosotros, alemanes, pagaremos en los dos Estados un precio suplerrientario". En el debate que siguió a las intervenciones de Schmidt y Vogel se expusieron los argurrientos a favor y en contra del estacionamiento de los misiles.

"Ginebra fracasó ya"

Brandt tomó la palabra para pronunciar un discurso de 10 minutos con una gran carga emocional y fuerza retórica, en el que adoptó la posición contraria a Schmidt, sin mencionarlo. El presidente del SPD condenó la inmovilidad de las dos superpotencias en la negociación de desarme y dijo que "Ginebra fracasó ya, con lo que el próximo miércoles comenzará en la República Federal de Alemania el estacionamiento de los Pershing 2, y fracasó por la terquedad de aquellos que prefieren estacionar los Pershing 2 a negociar la retirada de los SS-20. Esto va contra los intereses de Alernania, de las dos Alemanias, y contra los intereses de Europa". Una fuerte ovación acogió las palabras de Brandt, mientras Schmidt tomaba rapé y sonreía con gesto de suficiencia, sin aplaudir n¡ una sola vez.

Brandt se refirió a los miles de personas que "salieron a las calles" de la RFA en las manifestaciones pacifistas, "lo que contradice la tesis de los que dicen que nos aislamos", y luego criticó a los socialistas franceses y al embajador norteamericano en Bonn, Arthur Burns, que había acusado al SPD de tornar elementos programáticos de los verdes.

Al final de su discurso, Brandt ofreció su solidaridad al grupo minoritario en el partido y se dirigió con la mano abierta a Wischnewski, que le saludó emocionado. También dio la mano a Apel, que estaba en la fila de atrás, pero pasó al lado de su compañero de mesa, Schmidt, sin saludarle.

Después de darse a conocer los resultados de la votación, Brandt improvisó unas palabras, en las que dio las gracias a Schmidt y dijo: "El partido sabe lo que te debe". Todo el Congreso aplaudió largamente; después, los dos dirigentes se dieron brevemente la mano, para cantar, como despedida y todos, en pie, la vieja canción socialdemócrata Marchamos uno al lado del otro y con nosotros van los nuevos tienipos".

Ayer concluyó también en KarIsruhe el congreso del Partido Liberal (FDP) que aprobó por amplia mayoría, la doble decisión de la OTAN yla política del ministro de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher. En la ciudad de Duisburgo, la asamblea federal de los verdes, con 942 delegados, aprobó la moción que el partido presentará. mañana en el Bundestag, en la que se exige la retirada de la conformidad al estacionamiento de los misiles. La diputada verde Petra Kelly acusó a los socialdemócratas de "hipocresía". Para hoy están previstas nuevas acciones pacifistas en Bonn contra los misiles ante la semana decisiva en el Bundestag.

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