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Cerca de 80 municipios catalanes tienen deudas con la Sociedad General de Autores

Desde 1979 muchos ayuntamientos no liquidan derechos por espectáculos musicales

A pesar de las reiteradas y exhaustivas informaciones que los representantes de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) se han visto obligados a dar a los ayuntamientos democráticos sobre el derecho de autor, muchos de estos ayuntamientos todavía confunden dicho derecho con lo que un alto cargo de Televisión Española llamaba no hace mucho, en una reunión presidida por el mismísimo José María Calviño, "el impuesto de la SGAE".Al parecer, a ciertos alcaldes y concejales de Cultura no les entra en la cabeza que, además de contratar los servicios de un cantante, o de una compañía teatral, o de una cobla, para que alegren las fiestas de sus respectivas localidades, deben, amén de pagar a dichos artistas, abonar también, religiosamente, los derechos correspondientes al autor o autores de las canciones, de la obra de teatro o de las sardanas que interpreta la cobla.

Al parecer, estos democratísimos alcaldes y concejales de Cultura no acaban de digerir los artículos de la Constitución española, de la ley de Propiedad Intelectual y del reciente Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas (Real Decreto 2816/1982, de 27 de agosto), que se ocupan del derecho de autor.

Y esto se agrava por el hecho de que estos ayuntamientos son, por no ser capital de provincia, los en cargados de velar por el cumplimiento de lo regulado en la la ley

Y así se da el caso, del alcalde (PSUC) de Ripollet (Barcelona) al cual, y ante su negativa a abonar los derechos devengados en los espectáculos programados durante las fiestas de 1980, le fue presentada por la SGAE una prohibición, debidamente registrada, de llevar adelante la programación prevista para las fiestas del año siguiente. Pero el alcalde hizo caso omiso de la prohibición y se ofreció la programación prevista. Otro tanto ocurrió, a pesar de la reiterada prohibición de la SGAE, en las fiestas de 1982 y 1983. Total, que el Ayuntamiento de Ripollet adeuda desde 1980 una cantidad, en concepto de derechos de autor, que la SGAE estima, teniendo en cuenta el aforo y el precio de las entradas, alrededor del medio mifién de pesetas.

Entre los ayuntamientos que adeudan a la SGAE una parte o la totalidad de los derechos devengados en los espectáculos por ellos directa o indirectamente programados se cuentan, en la provincia de Barcelona, los siguientes: Badalona (PSUC), desde 1980; Sabadell (PSUC), desde 1978; Terrassa (PSC-PSOE), 1982 y 1983; Argentona (CiU), desde 1981; Viladecans (independiente), desde 1978; Martorell (PSC-PSOE), desde 1979; Arenys de Munt (Esquerra Republicana), desde 1981; Esplugues de Llobregat (PSCPSOE), desde 1981.

Entre los afectados por la negativa de ciertos ayuntamientos a abonar los derechos de autor hay nombres muy populares. Pajares, La Trinca y Els Comediants actuaron en Ripollet en las fiestas de 1980 y no han cobrado un duro por los derechos devengados. en sus espectáculos; Sara Montiel actuó en Blanes, y, sin ir más lejos, los días 5 y 10 de octubre de este año Joan Manuel Serrat actuó en Sant Bo¡ de Llobregat y en Comellà, respectivamente, con gran éxito, y la SGAE todavía espera que ambos ayuntamientos liquiden los derechos de autor. Téngase en cuenta que por cada 100 pesetas que entran en taquilla, 10 son para el autor, y el Reglamento General de Policía de Espectáculos dice bien claro que el derecho de autor debe entregarse al representante de la SGAE una vez terminado el espectáculo y no dice que ese dinero tenga que ir de la taquilla al ayuntamiento y mucho menos deba permanecer enterrado allí meses e incluso años.

Pero los más afectados son sin duda los compositores de sardanas. Porque los ayuntamientos pueden pagar la cobla, pero, al no notificar al representante de la SGAE el acto y, por tanto, no facilitarle tampoco ningún programa de las sardanas que se van a interpretar, se hace dificilísimo, por no decir imposible, saber a quién corresponden los derechos -que hay que pagar- de aquellas sardanas. Los compositores de sardanas están, y con razón, que se suben por las paredes, y no sería de extrañar que se dedicasen a componer algo más lucrativo.

Mención aparte merece el caso del Ayuntamiento de Barcelona. Este ayuntamiento debe los derechos devengados en los espectáculos gratuitos por él programados en las fiestas de la Mercè de 1979 (166.220 pesetas, según estimación de la SGAE), 1980 (91.550 pesetas), 1981 (90.255 pesetas), 1982 (157.500 pesetas) y 1983 (182.760 pesetas). El señor Molina visitó en un par de ocasiones a Rafael Pradas, el anterior concejal responsable del área de Cultura, y éste le prometió que se pagarían los derechos. El pasado mes de junio el señor Molina solicitó una entrevista con la señora Capmany, actualmente al frente del área de Cultura, sin resultado. El 27 de septiembre volvió a solicitar la entrevista con la señora Capmany y con el propio alcalde, igualmente. sin ningún resultado. El señor Molina ha dicho a este periódico que hace escasos días recibió una llamada de la secretaria de la señora Capmany diciendo que no se preocupase, que se pagarían los derechos. Francamente, es muy difícil entender cómo el Ayuntamiento de Barcelona, al frente de cuya área de Cultura se encuentra una persona que cobra derechos de autor -a través de la SGAE-, puede permitirse el lujo de gastarse una pequeña fortuna montando Canço d'amor i de guerra para representarla en cuatro ocasiones en el Liceo, y, en cambio, no puede pagar cuatro pesetas, en cinco años, a un compolitor de sardanas o a un titiritero.

También TV-3

Y para terminar ese informe incompleto -no hemos mencionado ni las emisoras municipales que no pagan derechos de autor (37 en Barcelona, nueve en Gerona y dos en Tarragona); ni las emisoras piratas, toleradas, por no decir ocupadas, por los ayuntamientos (21 en Barcelona, siete en Gerona y dos en Tarragona), que tampoco los pagan; ni los conciertos que da la Banda Municipal del Ayuntamiento de Barcelona y la cobla Ciutat de Barcelona, que tampoco paga derechos, amén de una serie de conciertos que se dan en el Conservatorio Superior Municipal de Música...-, una anécdota que viene a.poner de maniflesto la ignorancia -ignorancia culpable, sin duda- de ciertos organismos públicos frente al tema de los derechos de autor.La delegación de la SGAE en Barcelona llevaba más de un mes intentando ponerse en contacto con Pere Cuxart, responsable del tercer canal de la televisión catalana, para firmar un contrato en lo referente a los derechos de autor sin resultado positivo, cuando, de pronto, es el propio tercer canal el que se pone en contacto con la delegación de la SGAE en Barcelona. Al parecer, el tercer canal había adquirido una serie inglesa, pero la firma británica se negaba a formalizar la operaci án mientras el tercer canal no mostrase el correspondiente contrato con la SGAE.

Lo que hace suponer que el seflor Cuxart, o uno de sus colaboradores, debió pensar que con comprar, pongamos, la serie Shakespeare de la BBC ya estaba todo arreglado; vamos, que luego no habría que pagar, y hay que hacerlo, los derechos correspondientes al adaptador de las obras de Shakespeare para la BBC, o para el tercer canal catalán, o para quien sea.

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