Boyer advierte del peligro que supondría para el empleo superar, otra vez los aumentos salariales recomendados por el Gobierno

Sí se sobrepasan los objetivos económicos para el próximo año, sobre todo el aumento de salarios recomendado (6,5%), el Gobierno se vería obligado a bajar sus previsiones de crecimiento, con graves consecuencias para la generación de empleo, según advirtió ayer ante el Pleno del Congreso de los Diputados el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer. Tras nueve horas de debate, el Pleno acabó pasadas las 21.30 horas de ayer con la votación de las siete enmiendas presentadas por la oposición conservadora, y que fueron derrotadas por 178 votos en contra de tales enmiendas, frente a 102 afirmativas y dos abstenciones.

Durante la hora y media consumida para presentar los Presupuestos Generales del Estado de 1984 al debate de las siete enmiendas de totalidad (las de todos los grupos, excepto el socialista), Boyer dijo que el poder adquisitivo ha crecido en el presente año de medio a un punto, y ahora es necesario pasar a una segunda fase de la recuperación, no basada en el consumo ni en el gasto público, sino en exportaciones y en inversión privada.Es muy probable, según dijo, que se superen las previsiones iniciales del Gobierno sobre crecimiento económico (2,1 %, frente al 2% inicial y al 1,7% vaticinado en el verano); índice de precios al consumo (11,5% o 12%, con mejora de casi un punto sobre el diferencial de los países industrializados), pese al dólar, la subida de materias primas y a que "habrá una actualización de los precios del petróleo antes de que termine el año"; el aumento real de las exportaciones (superior al 5% anunciado); una pérdida de reservas, que no superará los 500 millones de dólares, contra la caída que se temía de 1.000 a 1.500 y la de 3.800 en 1982 (a finales de octubre habrá el mismo nivel encontrado por los socialistas); el freno a las expectativas de depreciación de la peseta y su corte durante los dos últimos meses en los mercados a plazo; la contención del déficit de las administraciones públicas; el equilibrio de la inversión, frente a la caída de 0,7 puntos esperada por el Gobierno al empezar el año, y el cumplimiento del control de la masa monetaria, que terminará el año al 10%, frente al 15%. fijado en principio.

El paro seguirá creciendo

Estos datos, que Boyer hizo contrastar con el recuerdo de predicciones catastrofistas, son más favorables que los expuestos hace dos semanas ante la Comisión de Presupuestos: algo más del 1,7% de crecimiento (secretario de Estado de Planificación) y 9% de disponibilidades líquidas (gobernador del Banco de España). Aunque más optimistas que los de los servicios privados, que anunciaron un deterioro de la actividad a partir del verano, coinciden con la impresión de éstos en el sentido de que ha mejorado la coyuntura.

Por el contrario, los índices ante los que "no podemos estar satisfechos", según Boyer, son los del "deterioro probable del empleo, no por previsto menos doloroso, al ser la prioridad del Gobierno"; el estancamiento de las importaciones, frente a su prevista caída en términos reales; la reducción de las entradas en dólares por turismo y remesas de emigrantes, pese a lo cual a finales de octubre el déficit de la balanza corriente (mercancías y servicios) ha bajado 300 millones de dólares, con una reducción de 1.000 millones en los pagos por importaciones sobre los ingresos por exportaciones; "las mayores alzas salariales, que se han desviado 0,5 puntos sobre el poder adquisitivo a nivel general y quizá un punto en las grandes empresas", y el que "no hemos podido reducir los tipos de interés", si bien los del mercado interbancario están en niveles altos para e impedir salida de divisas.

Según Boyer, el paro crecerá este año en 160.000 personas, es decir, un 7,8%, contra el 14% de 1982 y el 33% de 1981. "La ocupación entre la media del año 1983 y la media de 1982 -que recoge, por consiguiente, seis meses todavía de 1982 y todos los meses de 1983- se reducirá, probablemente del orden de 80.000 puestos, es decir, menos del 0,8%, y entre el cuarto trimestre de 1983 y el cuarto trimestre de 1982, en un número de empleos del orden de 30.000, es decir, el 0,3% en total. Añadió que entre el último trimestre de este año y el último de 1982 "es esperable un incremento del paro de 19.000 personas", lo que supondrá un estancamiento en comparación con el 12% del año pasado y el 21% de 1981.

Aunque en 1984 "debería ser más favorable, el objetivo de crecer un 2,5% es ambicioso y difícil de conseguir", debido a que el ambiente internacional económico y político no permite esperar grandes ayudas. Por ello, el Gobierno se propone "forzar todos los registros". Tradujo a continuación estas palabras en que "deben reducirse las derivas salariales", respecto al 6,5% aconsejado ante el 8% de inflación; en que el empleo crezca el 1,7%, (supondría generar 180.000 puestos de trabajo); en mantener la subida de disponibilidades líquidas al 10,5%, con dos puntos de margen arriba o abajo para financiar la inversión (12,5% y el mismo margen si se incluyen todos los antiguos activos monetarios).

Resaltó Boyer que los mayores esfuerzos de los Presupuestos del Estado para 1984 se centran en el 26% de aumento de los gastos para pensiones y Seguridad Social, 29,9% en las,dotaciones para agricultura y 26% en la industria y en la reconversión.