La contaminación radiactiva de las aguas subterráneas

Hace pocos días, en una reunión, internacional, un representante del Gobierno español protestaba por los vertidos de residuos, radiactivos en las fosas oceanicas. La peligrosidad de estos vertidos es pequeña, en opinión de muchos expertos. En cambio, por aquello de: "médico, cúrate a ti mismo", sería mucho más honrado y eficaz que el Gobierno, pusiese los medios para conocer y, en su caso, corregir la contaminación radiactiva de las aguas subterráneas del propio solar hispano. Con gran probabilidad este tipo de contaminación está siendo producida por actividades de algunas empresas estatales; por ejemplo: la explotación de uranio de la mina Fe en Ciudad Rodrigo, y las escombreras de la planta de tratamiento de uranio de Andújar. Además, en una sociedad democrática, el hombre de la calle y de modo especial la comunidad científica y los grupos ecologistas deberian ser adecuadamente informados sobre la seguridad del cementerio nuclear de residuos de media actividad de Sierra Albarrana. Sería de desear que se aplicasen en este campo los criterios de transparencia tan pregonados por el Gobierno.

Por otra parte, uno de los aspectos más importantes en relación con la energía nuclear española es el del emplazamiento y las características del imprescindible cementerio nacional de desechos radiactivos de alta actividad. Desde el punto de vista ambiental, esto es mucho más importante que el del frenazo nuclear que acaba de anunciar el Gobierno. Que se sepa, sobre este futuro cementerio nuclear poco o nada se ha hecho, excepto el anuncio más o menos nebuloso de que se piensa aprobar una ley para crear una empresa nacional de residuos radiactivos.

Los que nos preocupamos de la protección del patrimonio hídrico nacional estamos esperando ver algo más que vagas declaraciones sobre la protección de las aguas subterráneas contra la contaminación radiactiva. /

Catedrático de Geología.