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El espectáculo callejero La Cubana, salva el Festival de Sitges

Ayer finalizó el XVI Festival Internacional de Teatre de Sitges. Por la tarde se representó, en el Prado, Don Giovanni e il suo servo pulcinella, de Goldoni, por un grupo italiano y, por la noche, en el mismo teatro, la compañía norteamericana Medecine Show, ganadora del premio Cau Ferrat el pasado año, presentó Tres hermanas que no son hermanas, de Gertrude Stein.En cuanto al resto de los espectátulos, la nota dominante es la mediocridad. El grupo Maizum, de Lisboa, participó con un Gilgamesh soporífero, que ahuyentó al escaso público que, acudió a la representación. La Saltkompagniet de Oslo, presentó un espectáculo escrito e interpretado por la actriz Elsa Kvamme, El hombre que dio a luz una mujer. El espectáculo pasó sin pena ni gloria y probablemente lo único que se recuerde de él sea una pobrísima interpretación de la balada de la Jenny, de Bertolt Brecht y Kurt Weill. El Teatteri Porquettas, de Helsinki, trajo su Walze macabre, un trabajo ideado, realizado e interpretado por AnaYrsa Falenius e Ida-Lotta Backman. Un trabajo escolar e intrascendente.

Lo más digno que hemos visto estos últimos días tal vez sea Amargo, un montaje de Francisco Suárez a partir de unos textos de Lorca. En él bailan El Güito -que firma asimismo la coreografía-, Carmen Cortés y Manolete, y canta, de maravilla, Ramón El Portugués. Amargo es, con todo, flamenco, buen flamenco gitano; su estructura dramática, el tratamiento dramático que le impone a la danza, es muy poquita cosa en comparación con el de otros grupos, empezando por La Cuadra de Sevilla.

Los verdaderos triunfadores del festival son Albert Vidal, que el lunes abandonó su jaula del parque antropológico, situado al pie de la iglesia, y La Cubana de Sitges. El poeta Brossa, presente en Sitges, lo dice muy clarito: "La Cubana i en Vidal han Salvat -la mayúscula del poeta tiene su miga- el Festival". Y el público parece darle la razón: las acciones de La Cubana han congregado más gente que el resto de los espectáculos.

Sí, señoras, eso es teatro. Como es teatro esa mujer, un miembro de La Cubana que el viernes por la noche se quedó encerrada, tras la reja de una botiga de Sitges y armó tal cisco que obligó a llamar a los bomberos -también de La Cubana, que no de la Generalitat- los cuales la liberaron tras hacer saltar la verja mediante un ensordecedor petardo. Eso, eso es teatro Teatro en Sitges y hecho por Sitges, por La Cubana.

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