'Entre tinieblas', monjas alucinadas
Cinco absurdas y descarriadas monjas mantienen abierto su convento de redentoras humilladas aunque ya no acudan a él aquellas mujeres que buscaban regenerarse. El antiguo trabajo y el ocio actual han conducido a esas monjas a una fascinación por el mal que deberían combatir, muy especialmente en el caso de la superiora (divertida, tierna, espléndida Julieta Serrano), consumidora de heroína y amante de pecadoras; las restantes monjas del convento, por su parte, no le van a la zagauna escribe novelas de amor, otra consume LSD, otra alimenta a un tigre, una última sufre.Entre tinieblas parte del acontecimiento de una nueva allegada al convento: mató a su novio con una sobredosis de heroína y, sin saber dónde esconderse, encuentra en el convento el amor de la superiora, que ya le mostró su admiración al oírle cantar en un molino rojo. Las monjas, y el capellán que atiende el convento, van interpretando los distintos pasajes de la película, que no se suceden en una progresión dramática tradicional, sino abriéndose a parcelas dispares de cada personaje. Quiere ello decir que Entre tinieblas es una película de vaivenes donde la ironía puede dar paso a un apunte melodramático sin desarrollar, y el humor corrosivo a la simple ilustración de datos anecdóticos. Almodóvar es un hombre fértil, que desborda imaginación y sabe arriesgarse, pero que no siempre domina su traducción cinematográfica.
Entre tinieblas
Guión y dirección: Pedro Almodóvar. Fotografía: Ángel Luis Fernández., Intérpretes: Cristina Sánchez Pascual, Julieta Serrano, Marisa Paredes, Carmen Maura, Mari Carrillo, Lina Canalejas, Manuel Zarzo, Chus Lampreave, Berta Riaza. Comedia. Española, 1983. Local de estreno: Proyecciones.
Estamos, de cualquier forma, ante una película insólita que nadie hubiera imaginado posible hace unos años, cuando la censura abortaba cualquier idea, aunque su capacidad corrosiva no atente en profundidad a las instituciones, como sí ocurría, por ejemplo, en el cine de Buñuel. Pedro Almodóvar es un juguetón impertinente, osado, listo y brillante, que en sus dos películas anteriores había ofrecido ya un. panorama inusual de la sociedad española, y que prolonga en Entre tinieblas esa rara combinación de la defensa de lo nuevo con el amor por él bolero: un armonizado gusto por el folletín y por el rock.
El bolero
Divertida en la mayor parte de sus pasajes, y más concretamente en los de la segunda parte, cuando la situación ha quedado ya establecida, Entre tinieblas contiene momentos especialmente bien resueltos como el del, bolero que cantan a dúo la pecadora canzonelista y la madre superiora. Quizá en el resto se repiten algunas situaciones, alargando la historia más de lo necesario. Son las actrices que componen el reparto las que revitalizan las secuencias de menos interés: todas ellas han entendido sus personajes con carrillo y buen humor y realizan probablemente uno de los mejores trabajos de sus carreras.
Babelia
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