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Moscú insiste en la vinculación de la CIA con el incidente del 'jumbo' surcoreano derribado

La URSS sigue clamando por su inocencia en el sangriento incidente del jumbo surcoreano, cuando en Occidente se tiende ya a olvidar este suceso, que costó 269 vidas. Ayer por la mañana, Pravda publicaba un editorial en el que se resumían en ocho preguntas las explicaciones que Moscú reclama a Estados Unidos. Por su parte, la agencia Tass vincula a la CIA norteamericana en el suceso del aparato.Más o menos a la misma hora en que el diario Pravda llegaba a los quioscos, la agencia oficial Tass difundía un despacho en el que se planteaba una nueva incógnita que se basaba en una información dada por el semanario sensacionalista alemán occidental Quick, en la que se contaba cómo el ex presidente norteamericano Richard Nixon anuló a última hora su reserva en el vuelo de la Korean Air Lines en el que se produjo la tragedia.

Tass relacionaba al ex presidente de Estados Unidos con la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) y vinculaba a ésta, una vez más, con la fatal suerte corrida por el Boeing 747 surcoreano.

Por otro lado, las ocho preguntas formuladas en el editorial de Pravda poco añadían a lo que la Prensa soviética había planteado ya anteriormente. El principal periódico soviético mostraba sus dudas sobre cómo pudo el jumbo desviarse 500 kilómetros sin que su tripulación detectase que sobrevolaba la península de Kamchatka en lugar del océano, pasando precisamente sobre regiones en las que se encuentran las principales instalaciones estratégicas de la URSS.

Pravda también se preguntaba cómo los norteamericanos no trataron de prever el incidente. Igualmente, se sacaba de nuevo a la superficie la coincidencia existente entre el sobrevuelo del jumbo surcoreano por esta zona y las órbitas trazadas por el satélite-espía estadounidense Huron-D.

Finalmente, el órgano del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) planteaba cómo el Departamento de Estado norteamericano decía que las localizaciones del avión surcoreano se habían hecho en base a lo transmitido por los radiofaros, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón afirmó que se habían recibido mensajes desde el avión cuando éste se encontraba en el mar de Ojotsk, a unos 600 kilómetros al suroeste de Petropaulovsk (península de Kamchatka).

Finalmente, Pravda se preguntaba cómo la tripulación del jumbo no había utilizado otros métodos para obtener la exacta localización del aparato, ni obedeció a las advertencias de los aviones soviéticos que lo interceptaron.

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