Los sueños iconoclastas de José María Berzosa
José María Berzosa, realizador de la televisión francesa que estrenó ayer en San Sebastián su último largometraje Entre-temps no cree en las películas que poseen "un sentido preciso". Es un iconoclasta radical y su cine atraviesa los límites de la ficción y de la realidad sin atender a los moldes de los géneros cinematográficos clásicos. "Las películas con sentido me molestan; el signo posee siempre un significado impuesto y mi sueño es poder enfrentar a los espejos de forma que el juego de imágenes se multiplique hasta el infinito para que el espectador lo interprete como quiere".Autor de más de 50 obras, muchas de las cuales han sido rodadas en España producidas por la televisión francesa, Berzosa rechaza los productos cinematográficos "elaborados y masticados", porque los considera una grosería, un desprecio hacia el público, Entre-temps es un cuento fantástico, formado con dos historias paralelas que se acercan en el relato pero que no llegan a cruzarse: un burócrata envejece 60 años en una jornada de trabajo y un enano marginal que intenta robar una manzana entabla una conversación con una niña que vive en la época de Napoleón III.Odio de las conclusiones
Autor de obras como Les Lois de l'hospitalité, Arriba España y un documental de cuatro horas dedicado a Chile, Berzosa odia las conclusiones precisas: "En EntreTemps yo no he querido decir nada; son historias en la! que los personajes se comunican pese a vivir en épocas diferentes, es la libertad lo que les permite comunicarse".
El realizador español, nacido en Albacete en 1928, ha sido premiado repetidamente en Francia y estuvo presente hace tres años en el Festival donostiarra donde se proyectaron diez de sus más importantes films. Algunos críticos no sólo extranjeros, ven en su obra la influencia directa de Luis Buñuel.
¿Luis Buñuel? Sí, claro, pero también la portera de mi casa, mi mujer y todo lo que me rodea. No soy de esos realizadores que niegan haber sufrido influencia alguna y que quieren equipararse con Dios.
Por ejemplo, en esta película Entre-temps, hay cosas que me recuerdan ahora a Bresson y esto es algo que yo acepto pese a que Bresson y yo estemos en planos ideológicos bien distintos. Lo que ocurre es que Buñuel está considerado en el extranjero como el realizador español por excelencia y de ahí que me atribuyan concomitancias con él". José María Berzosa cree que difícilmente puede hablarse de un cine español en la medida en que no existe aquí una escuela cinematográfica como la francesa , la italiana o la rusa. "Hay talentos individuales muy importantes, directores españoles que hacen cine de forma individual, pero no puede hablarse del cine español".Contra los malditos
José María Berzosa rechaza la presunción de los artistas que se definen "malditos" y la expresión "documental de creación" con que son catalogados en Francia algunos de sus trabajos para la televisión francesa. "Me muevo con unos medios económicos limitados pero, eso sí, trabajo con libertad entre la tolerancia y la indulgencia de los directivos de la televisión gracias a que cuento con un público digamos incondicional. Algo parecido a lo que le ocurre a Raúl Ruiz a quien yo considero un cineasta extraordinario. El realizador español caracteriza su obra "como una cierta impresión de libertad". Lo que me interesa es también divertirme, no tener la impresión de trabajar haciendo cine; si estoy rodando una película de ficción y me encuentro en la calle con una escena trágica, la recojo sin dudarlo. Tampoco respeto los límites del largometraje ni del reportaje". En la actualidad José María Berzosa trabaja en la adaptación de un cuento de Cortázar y será llevado a las pantallas de la televisión el año que viene y participa en las tareas de investigación del Instituto Nacional de lo Audiovisual.
A la pregunta de si le gustaría trabajar en España, José María Berzosa responde afirmativamente para indicar a continuación que no posee relaciones profesionales aquí. "Además", añade, "en España lo que falta quizás es el rigor científico para no ampliar aún más la inflación de talentos irracionales. Me gustaría que mis películas fueran vistas por millones de personas, pero estoy convencido que si tuviera que hacer películas comerciales, todo me saldría mal".
Babelia
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