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Posible flexibilización de Reagan en sus negociaciones con Moscú

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, prepara una revisión en las negociaciones para una reducción y control de armas nucleares, actualmente en curso en Ginebra entre representantes de las dos superpotencias, a pesar de la tensión creada entre Washington y Moscú tras el derribo soviético del avión surcoreano que costó la vida a 269 personas.

RAMÓN VILARÓ, Washington

MIRET MAGDALENA

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EE UU y la URSS estuvieron a punto de entrar en guerra en junio de 1967

La flexibilidad, dentro de unos criterios de igualdad de derechos y de límites", según un alto funcionario norteamericano, debería prevalecer a la hora de dar un impulso final a las negociaciones de Ginebra, destinadas a un acuerdo Este-Oeste en materia de misiles de medio alcance. Es posible que el presidente Reagan anuncie personalmente las nuevas directrices en los próximos días.'Cumbre' con Andropov

A pesar de las duras críticas de los sectores más conservadores, que consideran débiles las sanciones impuestas por EE UU a la URSS, promoviendo el boicoteo occidental en los vuelos comerciales hacia Moscú, el presidente Reagan reconoció que no había pensado seriamente en suspender las negociaciones de Ginebra. Y tampoco en excluir definitivamente una eventual reunión en la cumbre con el dirigente soviético Yuri Andropov, según declaró el inquilino de la Casa Blanca a la revista Time.

Las acusaciones contra la URSS fueron muy duras en la sede del poder legislativo, mientras se preparaban sendas resoluciones en la Cámara de Representantes y el Senado en un asunto que se calificó no de litigio de "EE UU contra la URSS, sino de la URSS contra el mundo", como afirmó el líder de la mayoría demócrata, Thomas O'Neill.

Las resoluciones piden la indemnización de la URSS a las víctimas - principio rechazado por Moscú-, la solidaridad occidental en las sanciones en materia de aviación civil y la posibilidad de reducir la presencia de diplomáticos soviéticos en EE UU, en un momento de expulsiones mutuas por ambos lados bajo acusaciones de espionaje.

Más dinero para armamento

Las consecuencias positivas para Washington del nuevo clima de guerra fría entre las dos potencias se reflejaron ayer en el senado, al dar luz verde esta cámara, por una mayoría abrumadora, al presupuesto del Pentágono para 1984, por un valor de 187.500 millones de dólares (más de 28 billones de pesetas). Y se espera que el presupuesto para iniciar la fabricación de los nuevos misiles intercontinentales MX sea rápidamente aprobado también por la Cámara de Representantes. Y lo mismo en lo que se refiere a la dotación de fondos para producir nuevas armas químicas -canceladas desde 1969 por el presidente Richard Nixon-, arguyendo que la URSS ha utilizado lluvia amarilla en Afganistán y en el sureste asiático.

En definitiva, Ronald Reagan parece inclinarse hacia el pragmatismo a la hora de intentar un compromiso con Moscú en materia de control del arsenal nuclear, pero sin perder las oportunidades políticas que abre para el rearme de EE UU el ataque soviético al avión surcoreano.

Discurso de 'tono duro'

Entretanto, el presidente prepara un discurso de tono duro que pronunciará a finales; de mes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York. Una asamblea que comenzará el próximo 20 de septiembre, bajo un clima de escepticismo e inquietud, ante la frustración de la ONU, que fue incapaz en 1983 de resolver los múltiples conflictos internacionaIes, según expresa el pesimista informe elaborado por su secretaño general, Javier Pérez de Cuéllar.

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